viernes, 25 de diciembre de 2009

NO soy un angel

Lo intenté, lo sé. Ser un ángel que cayese del cielo, para ayudar a quien hiciera falta. Pero no lo puedo negar.
NO soy un ángel.

Muchas personas creyeron que si, en un ángel para ellas me convertí. No se como hicieron. Por un tiempo lo creí.
Pero NO soy verdaderamente un ángel.

Muchas desilusiones después, fui dándome cuenta de que no era así. Las cosas comenzaron a cambiar, me fui revelando sin querer.
“NO soy un ángel” fue lo que me dije mientras mis mentiras se rompían.

“La soledad de un ángel caído” alguien acertadamente dijo. Mi cara verdadera hasta a mi me disgustaba. Me hubiese gustado ser un ángel.
Pero NO lo soy.

Me daba tanta pena no ser algo especial, que olvidé que tenía mis propias cualidades. Me escondí, temerosa de ser detestada.
Si bien NO soy un ángel, algo de mi debía emerger.

Hoy me doy cuenta, de que no me da pena NO ser ese ángel para ti. Se que prefieres que sea como soy, en lugar de engañarnos a los dos.
NO soy un ángel, pero soy la mujer más importante de tu vida.

martes, 22 de diciembre de 2009

Culpable

Se que no se puede decir que se tiene la culpa de algo por sentir. Los seres humanos sentimos, para eso estamos hechos.
Nuestros ojos, nuestra piel, nuestra nariz, nuestra boca, nuestros oídos. Estamos hechos para percibir lo que sucede a nuestro alrededor.

Por eso no podemos sentir culpa por sentir, no podemos evitarlo. Es parte de “vivir”.
Solo si nos quitaran esa capacidad de darnos cuenta de las cosas dejaríamos de ser humanos, si esa capacidad desapareciera nosotros deberíamos desechar nuestros sentimientos y pensamientos. No seriamos capaces de entender la felicidad o la tristeza, el amor, el odio, el valor de las cosas simples.
Tan solo maniquíes sin corazón, sin sentidos. Maniquíes a los cuales no les interesa en lo mas mínimo lo que sucede a su alrededor.

Personas ciegas, mudas, sordas, frías, inmutables. Nada más que vacío en sus almas.
Entonce, yo que he intentado por todas las maneras posibles dejar de sentir...
¿Soy culpable por sentir? ¿Soy culpable de haber sentido amor? ¿De dejar de amar a alguien también podemos culparnos? ¿Podemos realmente ser capaces de evitar sentir para no lastimar a alguien? Humanos... somos todos egoístas, lo sabemos, lo somos.

No importa de donde lo veamos, somos egoístas. Guardamos lo mejor para nosotros a costa de lastimar a alguien... ¿Por qué solo sobre algunos cae el yugo del juez con su veredicto de culpable? ¿Por que los demás acusados del mismo delito se sirven de la indulgencia?
Simple, tan simple. El juez no tolera errores de las personas “perfectas”, las que considera capaces de mejorar, de las personas “rescatables”.

No tiene problema de perdonar al reincidente mientras que el primer delito de los demás, es severamente castigado por la audiencia entera.
Y el castigo es por todos aplicado.

A veces pareciera que nos echamos y nos culpamos de sentir, siempre lastimamos a alguien en el camino a lo que creemos nos hará felices. Pero, ¡Oh! Que gran error cometemos a veces justificándonos con “sentir”.
Grandes errores, grandes problemas, la vida es así, para los humanos es simplemente así.
Tan solo me gustaría que no me hicieran sentirme culpable por sentir.

sábado, 19 de diciembre de 2009

19 de Diciembre

Ya no quiero causar molestias, me siento como una enorme piedra en el camino de los demás.
Se la solución, pero no quiero resignarme a ser lo que ellos quieren que sea... hoy tuvo que decir esas palabras que tanto me entristecen: NO vas a ser lo que vos querés. SI no lo que yo quiera.
Quiero una identidad, ser yo misma y tener dominio de mi vida. Soy muy chica, lo se. Igualmente quiero ser libre. No quiero darme lastima y decir: Pobrecita, ya vendrán tiempos mejores.
He luchado tanto por tantas cosas que parecía imposibles e igualmente las conseguí, que ahora me siento tan débil como si ya ni siquiera pudiera hacer algo para combatir eso. Quiero tirarme en mi cama a dormir todo lo que quiera, y tratar por una vez en mi vida de relajarme un poco más. Sueno como un pendeja llorona y a veces lo soy.

Creo que estoy dándome cuenta de cual es mi lugar.
NO tener futuro es una opción factible. YO después lo moldeare a mi gusto.
NO pelear por nada es lo mejor. Entre las sombras, YO voy a hacerme escuchar.
NO voy a mostrar ningún sentimiento. YO no seré débil.

VOY A SER QUIEN YO QUIERA. No importa si es hoy o mañana o en muchos años, voy a ELEGIR MI VIDA.

Gracias por leer...

jueves, 17 de diciembre de 2009

La Princesa del Ilusionista

(3 de Noviembre )
Prólogo:
Empiezo este cuento algo perdida, sin saber muy bien que escribir, pensando que quizá una idea alumbrada a medianoche no es la adecuada para vislumbrar una historia que realmente valga la pena. Pero sin importar las circunstancias en las cuales surgió esto, puede que le demos algún valor especial para cada uno, a medida que nuestros ojos avanzan en la lectura de este relato.
Florencia

1. Buenos días.
Amanecía el sol sobre los ventanales de la inmensa habitación, mientras las cortinas blancas flotaban sacudidas por la brisa matinal. Y yaciendo en la única cama que ocupaba este cuarto, una joven dormía plácidamente entre sabanas de seda, rodeada de las celosías todavía sin descorrer.
-Princesa, princesa- una voz masculina la apartaba lejos de su sueño.- Despierte, que ya es hora de desayunar.
Un gruñido molesto se dejo escuchar y la niña lentamente se irguió sobre las almohadas, murmurando un saludo.
-Buenos días… ¿está todo listo?- preguntó pese a que la respuesta fuera ya conocida. El hombre la miró con una sonrisa y no le contestó, limitándose a señalarle el vestido prolijamente colocado sobre el un sillón cercano.
-Debe de vestirse, Señorita.-continuó- Si no llegará tarde y todas sus actividades quedarán desplazadas.
Descorrió por completo las celosías, tomó en sus manos las ropas y las llevó hacia la cama. Con un chasquido de sus dedos una sirvienta entró en la habitación y el se retiró.
-La estaré esperando, Princesa.- dijo sonriente cerrando la puerta tras de sí. En esa mansión ella era llamada Princesa pese a que no poseyera sangre real.
La empleada la desvistió y le colocó un camisón ligero. Luego el miriñaque y un faldón, para finalmente continuar con el vestido. Ajustó el corsé y peinó con delicadeza la cabellera de la Princesa. Ella observaba tristemente en el espejo su figura engalanada, y suspiró distraída. El mismo comienzo todos los días.

Continuará...

Siempre perdonada

(24 de Agosto de 2009)

A lo largo de mi vida, he cometido muchos errores, pero lo que mas me desagrada es ver que esos errores consisten en lastimar a los que me aman y yo amo.
Por eso es que siempre me perdonan, sin importa la gravedad de mi falta, y pese a que siempre prometo hacer las cosas bien, no lo consigo.
Parezco destinada a aprender de mis faltas, todas aquellas que sea capaz de cometer.
Hoy aquí escribo sobre la peor de todas las que cometí…

En ese momento tenia tanto miedo a que me lastimara, que solo atine a evitar ser atrapada y huir lejos. Corrí por muchos minutos hasta quedar exhausta, y termine por caer al suelo luego de tropezar con una rama. Me había lastimado la pierna y me dolía mucho moverla, así que, arrastrándome, conseguí llegar hasta detrás de un árbol.

Tome una larga y profunda bocanada de aire, y trate de hacer el calculo mental de cuan lejos estaba de ese hombre. Suspire al darme cuenta que le tomaría algún tiempo encontrarme en la profundidad del bosque.

Apreté sobre mi pecho el arma que le había arrebatado a mi perseguidor, cuyo aspecto lo hacia ser mas atemorizante. Tenía una estatura que superaba el metro ochenta, ojos pequeños y negros, y una boca que esbozaba una sádica sonrisa que era capaz de helarme la sangre en las venas.

El recuerdo de su espantosa visión me estremeció de pies a cabeza, y trate de disiparlo lo más que pude. Aun así, no conté con demasiado tiempo más, por que ya era capaz de oír bastante cerca unos pasos pesados sobre la hojarasca.

Decidí avanzar un trecho más, para no dejar que se acercara a mí, ni darle oportunidad para que me atrapara.
Unos segundos expectantes después, deje de escucharlo caminando, y supuse que había dado la vuelta dado que no me había visto por la zona. Suspire una vez mas y sentí sus enormes manos sobre mi, tomándome por sorpresa.

Desesperada, trate se zafarme, pero el me lanzo a un costado con tanta intensidad que no pude mover mi cuerpo entumecido.
- Con que esta es la jovencita con la que me ordenaron terminar – dijo con voz áspera – Tú tienes algo que es mío.
Me arrebato el arma de las manos y me dio una patada en las costillas, que me arranco lagrimas de los ojos.

- ¿Te duele? – Exclamó burlonamente – Te lo mereces por todas las cosas que has hecho, a la ingratitud se la paga con castigos. Es casi como expiar nuestros pecados. – Dijo prendiendo un cigarrillo...
Su boca formo lentamente una mueca de desprecio, con una expresión que realmente me hizo dejar de pensar en pedirle que me dejara ir. Pero aun así, mi temor de perder la vida fue más fuerte.

- ¡Déjame ir, te lo suplico! – Grite llorando - ¡Yo no tenia intención de hacer nada contra quien te mando a hacer todo esto!
Como respuesta recibí un golpe más fuerte que el anterior en el mismo lugar. Y acto seguido me atrapo por el cabello y comenzó a arrastrarme hacia la casa. Mis ojos derramaban lágrimas a torrentes, y gritaba constantemente pidiendo auxilio con la esperanza que me escuchara alguien.

Pero nadie respondió el llamado, o por lo menos en ese momento no lo sabía.
Atravesamos el umbral, y un eco sordo de metal se escucho en el aire.
El hombre se desplomo en el suelo, y antes de desmayarme alcance a ver su sombra.
Luego no recuerdo nada más.

Desperté en una camilla adentro de una ambulancia, y contemple a mi alrededor con los ojos perdidos. Un hombre de uniforme azul me tendió algo para abrigarme, y me invito a sentarme en la acera de la casa. Asentí algo trastornada, pero solamente permanecí en silencio, sin saber como empezar. Entonces la oscuridad empezó a cubrir el cielo.

A la noche, abrigada la cobija que el policía amablemente me había dado, el dueño de la sombra llego hasta mí. Me miro con cara de decepción, y atino a comenzar una charla que, según predije, no terminaría bien:
-¿Estas mejor?
-Si, pero… ¿Cómo llegaste a tiempo? Por poco me mata.
-Te escuche mientras venia a visitarte.
-Creí que no querías verme más…
-¡Sabes que te amo demasiado, y que no soy capaz de dejarte atrás!
-¡Pues deberías aprender!
El silencio reino entre los dos, y quise dar el remate final a la discusión:
-Gracias por salvarme la vida.
-Lastima que fue a costa de otra.

Acto seguido se fue junto con otros dos hombres más de azul. Supuse que iban a tomarle alguna declaración, y trate de no pensar demasiado.
Finalmente le pregunte al oficial sentado a mi lado que había pasado con mi perseguidor. El me miro fijo, sonrío con sus dientes amarillos por el cigarrillo y el café, y me dijo:
-Enseguida se lo muestro.

Me condujo hasta una camioneta, y me hizo echar un vistazo dentro de la parte trasera. Había moscas rondando y un par de muchachos del servicio de forenses se hallaban reclinados sobre una bolsa negra abierta de par en par.

Entonces reconocí los rasgos de sádico, y una desagradable sensación de nauseas casi incontenibles me produjo arcadas. El hombre de azul se río, como pensando en lo patética que se ve la gente común al ver un cadáver de verdad.
Hizo una seña a uno de los médicos, y este le alcanzó una libreta de anotaciones, no más grande que un cuaderno de hojas A4. Leyó con desdén las hojas manchadas con algo de sangre, y dijo en voz alta:
-Ese jovencito tuvo que matarlo para salvarla. El golpe fue exactamente en la nuca y le produjo muerte inmediata. Creo que usted debe estar más que agradecida.

¡Dije que NO me Importa!

(12 de Octubre de 2009)

Lo sabía porque me lo habías dicho, pero no entendí la magnitud de tus palabras. Pensé que no había nada peor comparado con todo lo sucedido y eso fue un error.
En el momento dije que no me importaba cuanto hubieras cambiado mientras estabas lejos, porque sinceramente sentía lo mismo que desde hacía tantos años. No se cruzó por mi cabeza la idea de dejarte escapar de nuevo.
Pensé que todo lo malo ya había pasado, realmente no me interesó.

Buscaba la vuelta a cada una de tus palabras, y mis preguntas llovían incansablemente sobre ti. Tus drásticas respuestas solo me llevaban a intentar interpretar una pieza que parecía creada por un histérico artista contemporáneo.
No quería oír ese “Sí, pero No” que desvanecería las esperanzas. Sería como decir que las había albergado inútilmente en mi corazón y que con solo tres palabras ya no tendrían porque existir.

Pero verte sólo me entristeció.
Te seguí porque sabía perfectamente que te pondrías en evidencia, y la curiosidad mató la prudencia a cada paso que hacía tras de ti.

Las cuadras hasta la parada del colectivo se hacían eternas, mientras una luz rojiza que solo duró un instante me anunciaba que mis sospechas estaban bien afirmadas. Nunca habría pensado que de los mismos labios que sabían acallar los míos con sus palabras, dejarían escapar ese hálito venenoso.
El humo se elevó en el cielo y sus ojos sin querer encontraron mi silueta en medio de la oscuridad.

El cigarrillo que sostenía descendió lentamente hasta encontrarse con una columna de la casilla, para luego caer al suelo con un golpe suave. Su mirada me dijo que caminara hacia el, pese a que mis ganas estaban dirigidas a salir corriendo de esa plaza a cualquier otro sitio donde la verdad no doliera.
Intentó abrazarme y me zafé de sus manos con cierto desdén.

Pero no lo soporté. Al instante siguiente me encontré envuelta en su campera de cuero gastado y su voz que susurrante me pedía que lo aceptara de todas maneras, diciéndome que era una tonta por estar allí.
El esperó temiendo recibir una negativa. Respondí con silencio.
Me liberé de el y caminé hasta la esquina de esa cuadra escuchándolo hablar a la nada.
“¿Me vas a aceptar pese a todo?” repetía su voz. No soportaba escucharlo, quería salir corriendo.
Una vez en la esquina, eché a correr lo más rápido que pude hacia mi casa.
Lloraba de nuevo, pese a que lo sabía.
El teléfono se agitó en mi bolsillo, mientras mis dedos temblorosos lo buscaban. Tanteé el volumen, y leí quien me llamaba. Sabía que era el. Atendí y contesté con frialdad. Luego de colgar, regresé a mi casa y me tiré en la cama pensando en si realmente podría aceptar todo eso.

El teléfono vibró de nuevo, y un mensaje cayó sobre mí como un balde de agua fría:
“¿Vas a aceptar mis cambios, mis cosas malas? ¿Podes hacerlo?”

En la madrugada cuando me fui a dormir, mandé un mensaje sin dudar de su contenido, aunque ahora no recuerdo exactamente que puse.
“Te quiero igual, lo voy a aceptar. No me importa.”

El cazador trasformado en presa

(16 de Septiembre de 2009)

Se asemeja a una sombra, asechando a su presa mientras se relame los dientes.
Su aliento caliente en contraste con el frío del exterior se transforma en vapor ligero, y se escapa de su hocico para encontrarse cara a cara con el invierno.
Pretende acercarse, persiguiéndola para colocarla en alguna situación delicada y poseerla al fin… completamente indefensa. Pero comete un error fatal al subestimarla, una equivocación que le costara mucho más de lo previsto.

No se imagina la técnica infalible de su presa… ella también es de su misma clase.
Contraataca con éxito, hiriendo uno de sus flancos descubiertos en su defensa fallida. Lastimado el lobo, retrocede, si bien su intento ha fracasado, regresa a la carga. Confiado en la fuerza de su cuerpo mucho mas pesado, descarga sobre ella un terrible golpe.

La presa cae, y mientras el cazador festeja su aparente gloria, esta se impulsa de un salto y se coloca sobre el, inmovilizándolo. No son capaces de hablar, pero sus ojos describen un dialogo que solo ellos comprenden.
-No pienso caer tan fácil ante ti- dijo amenazante la presa.
-Nunca pensé que seria fácil.
-Me parece bien que así lo creas… detesto a los lobos presumidos que se creen capaces de hacer lo que quieran.
-No es mi intención hacerte creer eso.
-Más te vale.

La presa atacó nuevamente pero esta vez con algo más de precaución, teniendo en cuenta de que sus anteriores movimientos, pese a ser instantáneos, habían sido de gran imprudencia.
Comenzó una pelea encarnizada entre ambos… La agilidad de la presa debía superar a la del cazador, pero este compensaba con su fuerza aquello que le faltaba en destreza. Lo que sí, ambos quedaron agotados y sin poder continuar.
-Tengo que admitir que eres un contrincante muy digno, pero también que he estado mintiéndote.- dijo la presa

Acto seguido cayó a un costado una falsa piel que convertía a la loba en un perro casero. Los ojos del cazador quedaron fijos en los de ella.
-¿Por qué te vistes así? ¿Reniegas acaso de nuestra raza?- exclamó indignado.
-Con sinceridad, si… realmente hay momentos en los cuales ser un lobo es algo desagradable para mi.- suspiró mirando hacia el cielo, mientras su aullido lastimero se elevaba en el aire.

Ambos permanecieron durante un buen rato en una tregua prácticamente implícita en su estado. Agotados y demacrados, atinaron a hablar poco y lo necesario para conocer algo mas sobre el otro.

Aun así, se notaba en la loba una desconfianza que no crecía ni disminuía. El lobo no se sorprendió por ello, dado que los de su raza se caracterizaban por no ser demasiado fiables ni tampoco ser capaces de otorgar confidencia.
Pasaron unos minutos más, y decidió romper el silencio.
-¿Por qué no vives con lo nuestros?- pregunto el lobo.
-No me agrandan del todo. Pienso que podrían ser mejores, pero no dejan de causar molestias.
-Deberías intentar regresar a tu manada. Seguramente te extrañan.
-No lo creo. Ellos tampoco disfrutan mi compañía. Así que ambos nos ahorramos una situación incomoda.
El lobo calló y la miró una vez más: patas firmes y musculosas, cabeza de hocico afilado y mirada profunda y oscura, una agilidad y velocidad efectiva a la hora de la caza. ¿Por qué no quería regresar, si era un ejemplo perfecto de su especie?
-No puedo entenderte…
-No necesitas hacerlo. Y tú… ¿Por qué estas aquí?
Una vez más, el silencio se instauro entre los dos.
-Perdona, no debería pedirte esta clase de confianza dado que no nos conocemos muy bien- dijo la loba de forma nerviosa.

El solo suspiró y comenzó a relatar su historia. La loba lo escuchaba, sin hacer ningún comentario al respecto.
Cuando todo quedo en calma, sus miradas se cruzaron. Y el sorprendido lobo se vio envuelto por el cuerpo de la loba.
-¿Qué haces?- preguntó
-Te ví algo perturbado… y solo me nació el impulso de reconfortarte.

Sorprendido, el lobo se libró de las patas de la loba, y se escabulló hasta un árbol alejado. Desde allí, avanzó a la carrera listo para atacar nuevamente, violando la tregua.
Ella, astuta, lo tomó por el cuello a la carrera con movimientos certeros y precisos, colocándolo contra el suelo.
Sus ojos le preguntaron por que, y los de el le respondieron que era miedo. Tan segura era en su mirada la respuesta, que la loba se apartó de encima del cazador, y lo dejo levantarse; junto con otra pregunta pendiente:
“¿A qué le temes tú, alguien de mi raza?”

Como fue capaz, el le dio a entender su razón. Tenia miedo a que la debilidad que poseía en el, saliera a la luz por sus sentimientos. Ella intentó ayudarlo, pero el lobo no quería saber nada sobre estar junto a ella.

La loba lo contempló de una forma extremadamente triste y hermosa, con su brillante hocico negro apoyado sobre el de él.
Cuando se le paso un poco el shock, el lobo lamió el pelaje de la presa, y ella le dio a entender con pocas palabras todo lo que pensaba.
“No importa lo que pase con nosotros estando separados, pensemos en aquello que podemos vivir juntos.”

30/08/09

No mires el cadáver de lo que fui,
Ni el dolor que dejo detrás de mi espalda.
Sueña con que dejo de ser lo que soy
O conviértete en testigo
De la cruda verdad

Date cuenta, percátate,
De mi verdadera naturaleza
Y de que ya no soy lo que era.
Deje el cargo de princesa a otra mas digna

Y engañe y dije falsedades,
Pero como dice la canción:
Lo merezco pero no lo quiero
Y por eso me voy.

Y no puedo ya llorar,
Por que se que perdí mi corazón
Las palabras en mi boca, saben a mentiras
Prefiero decirte todo volcado a la tinta

Yo te ame, y te hice feliz,
Te mi corazón y mucho mas,
Quise ser solo tuya
Y fallé

Yo quise ser ese ángel
Que te arrebatase de la oscuridad
Pero me convertí en un demonio más
Que te hacia compañía

Y este es el infierno que merezco
Por infiel, por traicionera,
Por mentir, por trucar la verdad
Por hacerte ver las cosas en tonos claros
Y tapar la oscuridad.

Entonces dejemos de sufrir,
Si solo soy una mujer traicionera,
Déjame arder en el infierno,
y deja de arrastrarte en el ensueño.

15 de Noviembre de 2009

Yo no se que voy a hacer.
Donde arrastrare mis días, si los perderé.
Solo me fío de invertirlos bien,
Y de no arrepentirme de haber echado a correr.

No llorar, y no volver.
Son los lemas que yo seguiré.
Quizá me equivoque, yo no lo se
Tan solo seguir es lo que sueño hacer.

Espero tropezarme en el camino
Cuanto necesite para crecer,
Observar hacia atrás al llegar a destino
Y ver que alguien siguió mis pies.

Que el día a día sea especial,
Y no vivirlo como si fuera uno más
Tratando de trasladar mis sueños al mundo real
Y convertirlos en cosas de verdad.

Yo no se que voy a hacer
Donde me llevaran mis pies, si me perderé.
Solo me fío de llevarlos por un sendero seguro
Y de no huir cuando no pueda ver el fin.

No voy a llorar, no voy a volver.

15/08/09

Soñé con una mañana llena de luz, con una sonrisa para despertarme, con un reproche por la hora y un bostezo desvanecido en el aire.

Imagine un momento sencillo, con una taza de chocolate caliente y un suspiro mezclado con el ligero escozor de un escalofrío.

Quise sentir el viento soplar sobre mis oídos, con la mirada perdida en el cielo y una caminata sobre la costa.

Espere a que la noche apareciera, con su manto azul tornasolado y junto a la luna rodeada de estrellas.

Sentada aguarde a que llegara, cubriendo mis hombros con un viejo tapado, y sospechando que no podría alcanzarme.

Soñé, imagine, quise, espere y me senté

12/08/09

Dejemos algo de silencio,
en este espacio que compartimos.
Dejemos que el silencio
nos llene y nos vacíe.

Inundémonos en silencio.

Que podamos oír un alfiler al caer al suelo,
que podamos entendernos sin oírnos.
Dejemos que nuestros sentidos se agudicen,
y que podamos entender más allá de las palabras.

Palabras que una vez dichas pierden el sentido.
Dejemos que nos inunde el silencio,
que nos dejemos llevar hacia el vacío
que luego conduce a sentirse completo.
Dejemos que un abrazo hable por los,
y que un beso desvanezca las palabras.

Mi Burbuja

(09 de Octubre de 2009)

Hace mucho tiempo, aprendí que vivía mi vida con un ritmo acelerado, y que no disfrutaba nada de lo que sucedía.

Entonces me di cuenta de que necesitaba mi espacio:
Mi primera burbuja y la más importante fue la música, porque cuando me ponía a estudiar en mi habitación colocaba música con el volumen bajo.

A veces me distraía de lo que estaba haciendo y me ponía a divagar mirando el techo, tratando de reflexionar sobre lo que pasaba a mí alrededor y sacando soluciones inverosímiles para todos mis problemas.
Es mi favorita por que me siento mucho mas cómoda mientras descanso boca arriba tirada sobre algo suave y abrigado. Mi cama, el pasto del jardín, un sillón amplio para estirarme, e incluso recostarme sobre una pared de mi terraza mirando como en el cielo las nubes se acumulan y se separan, mientras el calorcito de los rayos del sol me hace entrar en un sopor que luego me duerme.

Esa es mi burbuja perfecta.
La segunda y la que más tarde se convirtió en algo mucho más especial, fue mi cuaderno y el teclado de la compu; porque me sentaba a tipear o rayar pantallas y hojas para dejar algún que otro garabato mío en mi fotolog (que pese a tiempo que tiene, aun lo sigo usando ^^) para que alguna persona lo leyera (pasaba pocas veces =_=).

Era, es y será la que mas me identifica, porque es la burbuja que me regalo un ilusionista, un refugio de palabras que eran y serán solo mías por es simple echo de haberlas pronunciado fuera por el motivo que fuera.
Y por ultimo, mi refugio más buscado es una noche en la que se pueda ver una tormenta eléctrica, con rayos y centellas surcando el cielo. Como no pasan seguido, es bastante escasa la cantidad de veces que puedo pensar durante una tormenta. Me encanta ver como el cielo se ilumina y parece que se prende fuego y en un segundo te da a sensación de que es de día.
Esas noches, me siento frente al escritorio y abro la persiana para ver através de la ventana. A veces me siento muy sola, pero mientras más tranquila estoy mas puedo detenerme a pensar en mi misma y en mi vida.
Me gusta poder en algún momento acordarme de mí, y ponerme a razonar o simplemente descansar un poco, inmersa en una hermosa paz interior.


(escrito para el blog de Cuarto del Escuti)

Antes de que todo comenzara a caer


(23 de octubre de 2009)

Antes de conocer el mundo más allá de mi hogar, antes de saber que los muros son para saltarlos, antes de saber que está bien romper las reglas por una buena causa o lo que en el momento pensamos como buena causa.

Antes de saber que las personas no son siempre buenas, y que debajo de la piel del cordero hay un lobo hambriento al acecho. Antes de dejar de creer en esos valores de antaño como la inocencia y la responsabilidad, antes de descubrir que las personas viven mintiéndose a si mismas y a los demás.

Antes de que todo comenzara a caer, cual montaña rusa, en un arranque de adrenalina y hormonas que no sabemos que nos van a obligar hacer hasta que pasa.

Antes de darme cuenta de que yo misma ya no era la de antes, antes de que alguien me dijera que era bonita y de quedar deslumbrada por un cariño que parecía inmenso. Antes de caer en mi propia trampa y de engañarme a mi misma, antes de que el círculo vicioso de las mentiras se iniciara, antes de pensar siempre en los demás.

Antes de que el que dirán cobrara importancia, antes de recurrir a algo más que un cuaderno para comunicar lo que sentía, antes de empezar a vivir, antes de pretender ser mayor asumiendo responsabilidades que no me correspondían.

Antes de que todo empezara a caer, como si fuera que el piso se deshiciera bajo mis pies, antes de llegar a la cúspide y mientras trataba de alcanzar el cielo, la súbita y brusquedad bajada me arrastrara al suelo, antes de volver a confiar en los hombres y tratar de darles valor, antes de replantearme ser alguien normal, antes de decidirme a dar rienda suelta a lo que viniera, antes de disfrazar madurez con estupidez, antes de ser como el resto, antes de ser considerada como el resto…

Por eso quiero decir:

A los que valoro mucho y me conocen a fondo, gracias por su comprensión constante, pero creo que es mejor escribir algo para despejar las dudas planteadas y deshacer las mentiras dichas.
A los que ame, sepan que no los odio, pero también sepan que terminar conmigo es no volver JAMÁS.
A los que aprecio y no me conocen tanto, lamento mostrar esta cara, y espero no empezar con el pie izquierdo.
A los que me consideran cercana y no entienden, sepan que es por que hay cosas que todavía no podemos decirnos.
A los he detestado, sepan que siempre guardaré rencor.
A los que se llenan la boca y la vida hablando mal de los demás, sepan que algún día sus palabras, ya sean directas de ustedes o por otros medios, no me dolerán tanto como hoy.
Y para todos ustedes que se tomaron su tiempo para leer esto, sepan que hoy lloré por todo lo que aquí escribí, sepan que mis sentimientos en este espacio son sinceros, sepan que no miento cuando hablo sin hablar, sepan que esta es la vida que escogí vivir, este bien o mal, sepan que aprecio mucho el que su atención se haya posado en esto.

Gracias por pasar por este espacio

miércoles, 16 de diciembre de 2009

La verdadera Complicación

Es tan simple plantearlo, tan difícil llevarlo a cabo.
Es tan fácil decirlo, tan difícil hacerlo.
Podemos llegar a comprender el universo entero, y sin embargo escogemos la ignorancia para evitar las complicaciones.
Podemos llegar a descubrirlo todo, pero tan rápido como avanzamos, crece el miedo a saber demasiado.
Podemos entender a la perfección el porqué de las cosas, de su origen, de su verdadera razón de ser, de su pasado, de sus acciones futuras. Pero escogemos el azahar por miedo a equivocarnos. Elegimos el azahar para no fallar nunca al decir que algo era inexacto.
Solo empleamos una porción pequeña de nuestra capacidad resolutiva, porque tenemos miedo de avanzar y por que le tememos al poder que enloquece al más humilde.

Más simple de lo que pense

(9 de diciembre de 2009)

Pensé que seria mas difícil, pero no es que sea fácil, si no que esta tan asumido en mi que ya no importa.
Tampoco es que ya no importe, si no que tiene solución... Igual había algunas medidas necesarias para evitar los roces entre nosotros.

Respetare lo que me ha pedido, pero no tengo miedo de perder algo esta vez. Se ha dado de forma diferente a otras ocasiones, hay algo llamado coraje de por medio, algo que antes no existía. Algo que puede llegar a salvarlo.
Tomará mucho tiempo, quizá años, y tal vez nunca regrese a mi, y se que si lo hace no será como antes. Algo ya cambio entre nosotros, no es la misma amistad.

Si bien tuvo que surgir a la fuerza, para mi vale mas que cualquier otra cosa. Se que no mirara en estos espacios en desuso, se que mis palabras no lo alcanzarán, pues son disfrazadas de mentiras por el. Para mi son verdaderas.

Me levanto todos los dias

Me estoy levantando todos los días para vivir un poco más.
Incluso cuando no esta el se que tengo que empezar por alguna parte, se que sola no voy a estar.
Que esta ahí pese a que no lo vea, y eso me reconforta. Casi tanto como un abrazo calido en invierno.
Pero igual es raro confiar en que tarde o temprano se den las cosas.

Me estoy levantando todos los días para compartir mi vida con los demás.
Para divertirme charlando con alguien, para darle chispa a quienes tienen una hoguera por quemar.
Porque si no soy luz, no soy oscuridad, porque no tengo que tener miedo del error si no superarme cada día mas.
Y tengo que aprender una forma nueva de vivir que no me prive de lo que me gusta hacer.

Me estoy levantando todos los días sin que me importe si estoy o no haciendo algo que a los demás sirva.
Tratando de quitar las barreras del prejuicio, y desechando las mentiras que solia usar.
Quiero ser y aceptarme como soy, no quedan más opciones para enredar la situación.

Me estoy levantando todos los días, lista para sentirme viva y feliz.

lunes, 14 de diciembre de 2009

Crónicas de mis sueños 3

"Sin descanso"

Estoy cargada de sueño. Llena e invadida. Quiero cerrar los ojos y dormir.
Sin embargo, al recostar mi cabeza en la almohada todo eso se disipa, y los pensamientos durante el día desechados, regresan inevitablemente.

De algún modo no lo veo como algo tan malo, pues para mi es perfectamente previsible.
Estoy acostumbrada a estas sensaciones, pese a que en un principio me entristecían hasta la desesperación y el llanto, cuando el anhelo de la llegada de la noche se veía ensombrecido por el ahora rutinario insomnio.
Realmente me descolocaba de forma considerable.

Pese a todo, a veces prefiero ese estado de sopor constante y pesado previo a caer rendida entre las sabanas, por el simple hecho de que reafirme a teoría de que la sensación de satisfacer una necesidad es mucho mas placentera por ser difícil de alcanzar.

En medio de ese estado semi-inconsciente puedo notar con mayor claridad como las sombras de los sueños y pesadillas se articulan y deforman de maneras extrañas y difusas, sin alcanzar la corporeidad que suelen obtener cuando cerrar los ojos es la opción más factible.

Suelo elegir permanecer despierta, porque cuando contemplo las pesadillas estas apenas me asustan gracias a que carecen de esa sensación inconsciente de realidad; y los sueños que son más bellos pueden vistos con total claridad y recordados con igual detalle.

Ya no me desespera no poder ser capaz de dormir cuando se me place, pero dado a que nunca fue así, por momentos no entiendo porque me ponía tan nerviosa. Ni tampoco de porque lloraba sin razón mayor que estar cansada.

Pero con el tiempo me di cuenta de que se trataba de algo más.
De porque mi enloquecía, de porque lloraba, de porque me desagradaba tanto.

Era porque solo yo permanecía despierta.
Porque era el momento del día en el cual me invadía la soledad, cuando me atrapaba la oscuridad por completo, cuando mi lucidez se volvía casi clarividente, y todo lo que ocurría en la jornada retornaba a mí, para aprender de los aciertos y errores que se hubieran sucedido.

Me asusta la capacidad del pensamiento humano, la magnitud de las cosas que es capaz de procesar, los planes e invenciones que puede fabricar,
A veces es preferible que la mente humana este ahí, contenida e inaccesible.
El miedo a lo que podemos descubrir, sin embargo, no logra superar nuestras ansias y sed de poder.

Crónicas de mis sueños 2

"Café Dulce"

Desperté un día, pensando en que preparar para el desayuno. Cuando abro los ojos, veo una taza apoyada sobre la mesa de luz, y una cucharita acompañando la visión de la lámpara solitaria, más los anteojos y unos libros cuidadosa y precariamente apilados. Una nota de papel blanco estaba apoyada contra un portarretratos vacío.

“Tu café dulce."

Di la vuelta para el otro lado, y hallé vacío su lugar. Abrí bien los ojos y me recosté sobre la almohada para encontrarme con la ventana abierta de par en par, y las cortinas bailando en el aire.

Bebí el café, y me levanté. Al abrir el armario encontré una pila de ropa prolijamente doblada que olía a plancha y flores de jazmín. Una nueva nota me indicaba.

“Tu vestido azul”

Me desvestí con lentitud, tratando de disfrutar la brisa fresca de la mañana; y me entretuve con la tela del vestido, sintiendo el suave tacto del algodón sobre mi piel.
Todo transcurría como en cámara lenta, cada movimiento, cada gesto tardaba siglos en seguir el otro, y la acción y reacción de las cosas se perdía con el intento de las otras en seguir su paso.
Miré debajo de los cajones del armario, y unos zapatitos chatos me esperaban nuevamente.

“Tus zapatos favoritos”.

Los tomé con cuidado, y me senté en la cama para calzármelos. Otra vez el tiempo pareció detenerse poco a poco, y todo regreso a la normalidad a penas termine de ponérmelos.
Una extraña sensación comenzó a surgir dentro de mí, e instintivamente caminé hasta el baño. Quien escribía las notas sabia que hacia yo cada día al despertarme.
Ví una toalla blanca y todo dispuesto acertadamente para mí.

“Una ducha caliente para despejar tu sueño”.

Asombrosamente, cada vez que pensaba en las notas, no sentía miedo. Es más, me alegraba mucho que me guiaran por la casa, y hasta resultaba divertido seguir el juego del autor de las cartas.
Llevé la taza a la cocina y la lavé con cuidado, la colgué junto a otra, y decidí salir a caminar.
No había un alma, todo parecía haberse ido.
No vi personas, ni mascotas, tan solo algunos pájaros sobre las copas de los árboles. Tampoco había muchos ruidos, si no que una música muy suave sonaba de fondo y enmarcaba el entorno como si fuera una escena de teatro.

Tanta paz se sentía, que empecé a cantar mientras andaba por las calles vacías. Al principio tarareaba alguna canción de cuna, pero luego de acostumbrarme a la calma aparente de todo ese sitio, entoné en voz alta un tema que de haber estado despierta no habría sabido siquiera pronunciar.

Cuando el sol llego alto en el cielo y yo aproximé que sería mediodía, tome de nuevo el camino hacia mi casa.
En el trayecto noté que todo parecía un poco más vivo que antes y los pájaros ya se habían silenciado. Pero seguía vacío.
Al llegar a la puerta luego de trepar ágilmente las escaleras, una nota me lleno de intriga.

“Pasa, esta abierto”.

Efectivamente era así. Tomé el picaporte y lo jale para pasar, mientras una extraña euforia se agitaba en mi corazón.
Traspasé el umbral con apuro, y quedé apoyada sobre la puerta mirando toda la habitación. Sin más rodeos, me fui al cuarto y lo encontré con la puerta cerrada.
La cama estaba vacía y tendida, con un ramo de jazmines sobre ella y una nueva nota:

“Tomemos juntos una siesta”.

Sin saber bien porque, me acosté sobre el lecho perfumado por las flores, y apenas toque la almohada me dormí.
No recuerdo si soñé algo o no, quizá apenas dormí unos minutos y a mi me parecieron horas. Pero cuando volví a despertarme, me esperaba una taza en la mesita de luz, y el sol volvía a aparecer sobre el este, y la mañana volvió a empezar.

Di la vuelta para el otro lado, y hallé vacío su lugar. Abrí bien los ojos y me recosté sobre la almohada para encontrarme con la ventana abierta de par en par, y las cortinas bailando en el aire.
Entre medio de las cortinas estaba el de pie, sosteniendo otra taza entre sus manos. Se asemejaba a una aparición curiosa, como si se tratara de un fantasma.

Su ancha espalda estaba descubierta y su muñeca adornada con una pulsera gruesa de cuero oscuro. Se dio cuenta de que lo estaba observando y giró para verme.
Una sonrisa se esbozo en sus labios, y me di cuenta de lo que había pasado.


Había sido solo un sueño.

Happy Ending - Mika

Happy ending – MIKA

This is the way you left me,
I´m not pretending.
No hope, no love, no glory,
No Happy Ending.
This is the way that we love,
Like it´s forever.
Then live the rest of our life,
But not together.

Wake up in the morning, stumble on my life
Can´t get no love without sacrifice
If anything should happen, I guess I wish you well
A little bit of heaven, but a little bit of hell

This is the hardest story that I´ve ever told
No hope, or love, or glory
Happy endings gone forever more
I feel if I´m wastin´
And I´m wastin´ everyday

This is the way you left me,
I´m not pretending.
No hope, no love, no glory,
No Happy Ending.
This is the way that we love,
Like it´s forever.
Then live the rest of our life,
But not together.

2 o´clock in the morning, something´s on my mind
Can´t get no rest; keep walkin´ around
If I pretend that nothin´ ever went wrong, I can get to my sleep
I can think that we just carried on

This is the hardest story that I´ve ever told
No hope, or love, or glory
Happy endings gone forever more
I feel if I´m wastin´
And I´m wastin´ everyday

This is the way you left me,
I´m not pretending.
No hope, no love, no glory,
No Happy Ending.
This is the way that we love,
Like it´s forever.
Then live the rest of our life,
But not together.

A Little bit of love, little bit of love
Little bit of love, little bit of love [repeat]

I feel as if I feel as if I´m wastin´
And I´m wastin´ everyday

This is the way you left me,
I´m not pretending.
No hope, no love, no glory,
No Happy Ending.
This is the way that we love,
Like it´s forever.
To live the rest of our life,
But not together.

[TRADUCCION]

Esta es la manera en la que me dejaste
No estoy pretendiendo
Ni esperanza, ni amor, ni gloria
Ni un Final Feliz
Esta es la manera en la que amamos
Como si fuera para siempre
Luego viviremos el resto de nuestras vidas
Pero no juntos

Me levanto por la mañana, tropezando por mi vida
No hay amor sin sacrificio
Si algo debe suceder, imagino que estarás bien
Un poco del paraíso, pero un poco del infierno

Esta es la historia mas dura que jamás conté
No hay esperanza, ni amor, ni gloria
Finales Felices siempre habrá muchos mas
Siento como si estuviera echando a perder algo
Y estoy echando a perder todos los días

Esta es la manera en la que me dejaste
No estoy pretendiendo
Ni esperanza, ni amor, ni gloria
Ni un Final Feliz
Esta es la manera en la que amamos
Como si fuera para siempre
Luego viviremos el resto de nuestras vidas
Pero no juntos

Dos de la madrugada, algo esta en mi mente
No puedo guardar esto, tengo que seguir
Si finjo que nada estaba mal, puedo irme a dormir
Puedo pensar que nosotros solo seguimos



Esta es la historia mas dura que jamás conté
No hay esperanza, ni amor, ni gloria
Finales Felices siempre habrá muchos mas
Siento como si estuviera echando a perder algo
Y estoy echando a perder todos los días

Esta es la manera en la que me dejaste
No estoy pretendiendo
Ni esperanza, ni amor, ni gloria
Un Final Feliz
Esta es la manera en la que amamos
Como si fuera para siempre
Luego viviremos el resto de nuestras vidas
Pero no juntos

Un poco de amor, poco de amor
Poco de amor, poco de amor [repite]

Siento como si estuviera echando a perder algo
Y estoy echando a perder todos los días

Esta es la manera en la que me dejaste
No estoy pretendiendo
Ni esperanza, ni amor, ni gloria
Un Final Feliz
Esta es la manera en la que amamos
Como si fuera para siempre
Luego viviremos el resto de nuestras vidas
Pero no juntos

domingo, 13 de diciembre de 2009

Déjalo ir.

(21 de noviembre del 2009)

Eché a correr detrás de el…
Corrí lo más rápido que pude y aun así, me tropecé en mitad del camino, justo antes de alcanzarlo.
Mis dedos estaban por rozar su remera, cuando mis ojos se tropezaron con el suelo.
El se detuvo y me ayudó a levantarme del piso, mientras su mirada preocupada buscaba alguna herida.

Se encontró con mis ojos llenos de lágrimas. No abrió la boca, y solo atinó a dirigirme un atisbo lleno de reproche y de lástima.
Le abracé, y me quedé en silencio. No quería decir alguna estupidez que me valiera una nueva pelea.
Cuando me calmé, se levantó de nuevo y me tendió la mano. Pero una vez que me puse de pie, el se fue trotando. Sin mirar atrás.
Lo despedí agitando las manos, esperando que se diera la vuelta. Pero ahora lo entiendo.
Voy a dejarte ir, tengo que dejarte ir.
De otra manera seguiré corriendo detrás de un sueño que se desvanecerá apenas lo toque. Yo no quiero que me olvides, y se que soy muy tonta al pensar así.
Por que dejar algo atrás y seguir, no significa olvidar.
Si no, recordar y no volver a caer.

Como quiero ser, a quien quiero conocer.

No puedo engañarme, decir que las cosas están bien cuando no es así. Tratar de sonreír para no preocupar a los demás. Es ridículo pensar que realmente sean capaces de creer esa mentira tan obvia.
No es correcto para mí ser tan abierta, tengo un perfil bajo que me agrada. El no confiar en nada me hace ser una caja de sorpresas para todo el mundo. Un rompecabezas imposible de resolver. Lo opuesto a la sensación que los demás generan en mi.
Deja de lado lo común, lo torna siempre original, me va dejando al descubierto pero al mismo tiempo me deja los elementos necesarios para continuar siendo indescifrable.
Gente como yo me gusta conocer.
Es mas divertido jamás terminar de conocer a alguien, nunca sabes que noticia puede traerte, o que cosa puede proponerte hacer.
Pero hay una sola cosa que quiero que se mantenga, y es ser constante sin importar que pase. Que esa sea su única certeza no me importaría, que eso sea lo único que tengan por seguro sobre mí. Pero ellos necesitan mas para darse cuenta.


Que voy a estar ahí cuando haga falta, eso es lo que quiero que sepan.

miércoles, 9 de diciembre de 2009

Let Go - Frou Frou

Let Go – Frou Frou

Drink up baby down
Are you in or are you out?
Leave your things behind
'Cause it's all going off without you
Excuse me too busy you're writing your tragedy
These mess-ups
You bubble-wrap
When you've no idea what you're like

So, let go, let go
Jump in
Oh well, what you waiting for?
It's all right 'Cause there's beauty in the breakdow
So, let go, let go
Just get in
Oh, it's so amazing here
It's all right
'cause there's beauty in the breakdown

It gains the more it gives
And then advances with the form
So, honey, back for more
Can't you see that all that stuff's a sideshow?
Such boundless pleasure
We've no time for later
Now you can't await
You roll your eyes
you've twenty seconds to comply

So, let go, so let go
Jump in
Oh well, what you waiting for?
It's alright
'Cause there's beauty in the breakdown
So, let go, yeah let go
Just get in
Oh, it's so amazing here
It's all right
'Cause there's beauty in the breakdown

So, let go,
Jump in
Oh well, what you waiting for?
It's alright
'Cause there's beauty in the breakdown
So, let go, yeah let go
Just get in
Oh, it's so amazing here
It's all right
'Cause there's beauty in the breakdown

In the breakdown
'Cause there's beauty in the breakdown
The breakdown

So amazing here
'Cause there's beauty in the breakdown

[Traducion]

Bébelo hasta el fondo nena
¿Estas o no en la onda?
Deja tus cosas atrás, porque todo se irá sin ti.
Discúlpame si estas muy ocupada escribiendo tu tragedia, pero estas dificultades te tienen en una burbuja...
Cuando no tienes idea de cómo eres.

Así que déjalo ir, déjalo ir. Salta.
Oh bien, ¿Que estás esperando? Esta todo bien.
Porque hay belleza en detenerse... Así que déjalo ir, déjalo ir
Solo hazlo...
Oh, todo es sorprendente aquí. Esta todo bien
Porque hay belleza en detenerse

Gana el que mas da
Y luego avanza con la forma
Así, cariño, que regresas por más
¿Puedes ver las cosas realmente necesarias? El placer sin límites.
Más tarde no tendremos tiempo, por ahora no puedes esperar.
Cerrar tus ojos...
Tienes 20 segundos para cumplir

Así que déjalo ir, déjalo ir. Salta.
Oh bien, ¿Que estás esperando? Esta todo bien.
Porque hay belleza en detenerse... Así que déjalo ir, déjalo ir
Solo hazlo...
Oh, todo es sorprendente aquí. Esta todo bien
Porque hay belleza en detenerse

Así que déjalo ir, déjalo ir. Salta.
Oh bien, ¿Que estás esperando? Esta todo bien.
Porque hay belleza en detenerse... Así que déjalo ir, déjalo ir
Solo hazlo...
Oh, todo es sorprendente aquí. Esta todo bien
Porque hay belleza en detenerse

En detenerse
Porque hay belleza en detenerse
Detenerse


Todo es sorprendente aquí
Por que hay belleza en detenerse

lunes, 7 de diciembre de 2009

Mi compromiso.

(7 de Diciembre de 2009)

¿Por que hice silencio? ¿Por qué me calle? ¿Por qué no confié?
Quiero creer en las personas, pero no soy capaz de lograrlo. Esta vez quiero hacerlo.
Antes no me importaba, creía que siempre podría pedir perdón y no enmendarme, creí que podría evitar enfrentar el problema y dejarlo pasar.
Pero necesito crecer, crecer rodeada de gente que pueda mantener a mi lado por lo que soy, amigos que también sean amigos de verdad. Darles lo que ellos merecen poseer por estar allí.
Diré la verdad, por mas molesta que resulte, Seré sincera y autentica con todos, y no con unos pocos.
No quiero perder nada mas, quiero dar lo que tengo que dar para recibir lo mismo.
Dar confianza y recibir confianza.
Fe en las personas, fe en que no pretender causarme males, fe en que no quieren reprocharme si no estar conmigo, fe en que soy capaz de unirme mas a ellos, fe en ser parte de algo. Fe en poder pertenecer.
Quiero ser parte...

sábado, 5 de diciembre de 2009

Frustrada.

(6 de Diciembre de 2009)

Estoy frustrada, cansada, harta. Después de un día que resulto en cierta forma perfecto, todo termina en nada.

Claro, nadie me responde.

Me siento sola y rodeada de silencio, anhelo la compañía de otro ser humano. Trato de sonreír pero es tan falso el gusto que lo dejo enseguida.

Necesito algo que me despierte.

Esto debe de ser una pesadilla, pero nadie me responde, nadie me despierta. Y yo sigo durmiendo aquí sola, siendo que detesto esta soledad.

Por favor algo que me rescate, algo que me llene.

Quiero volver a dar vida con mis manos a la arcilla, llenarme los dedos de barro y sonreír a mis compañeras charlando sobre cualquier cosa. Tomar te todas juntas y discutir durante esas tres horas de la tarde de los viernes que tanto disfrutaba.

Quiero dejar de sentirme cargada y desesperada por huir. Quiero enfrentarme sola a tantas cosas, pero no se de donde puedo sacar tanta seguridad. Necesito volver a esa vida. Volver a la vida con algo de paz.

Quiero algo de paz...

jueves, 26 de noviembre de 2009

Las Lágrimas del Cielo

(26 de Noviembre de 2009)

Érase una vez un gato siamés que estaba tranquilamente de pie en su jardín, con la mirada perdida en el cielo. Poseía unos ojos grandes y azules semejantes a una mañana soleada de verano, y con una tonalidad tan bella, que cautivó a una niña que por allí pasaba.
La pequeña se acuclilló arrugando su uniforme prolijamente dispuesto, apoyo las rodillas en el suelo, y extendió su mano al felino.
Una mirada desconfiada le dio a entender que no debía acercarse, y que sus esfuerzos serian vanos. Pero cuando estaba por levantarse, notó que del cielo caía una lágrima.

Nuevamente extendió sus manos hacia el gato, y con sus gestos le suplico que se acercara:
-Quiero correr esa lágrima que tienes.- susurraba la niña inútilmente a alguien quien seguramente no entendería. Estiraba sus brazos lo más que podía, pero no pudo alcanzarlo.
El minino se sorprendió ligeramente, y empezó a acercarse luego de un rato largo. Sin embargo, apenas dejo que la pequeña, quien anhelaba quitar la lágrima de sus ojos, le rascara amablemente las orejas.
Sin desistir, la niña insinuó con sus dedos estirados que se aproximara a ella, pero por el contrario, el gato siamés se alejo hacia una esquina del jardín.
Entonces todo cobró sentido.

Un gato mucho más grande, de pelaje atigrado y de mirada seria y paternal, estaba posado sobre la medianera a punto de saltar al patio.
La niña contempló la escena comprendiendo que estaba de más pedirle que se acercara si no tenia ganas de hacerlo, de modo que se puso de pie junto a las rejas.
El gato atigrado bajo de la pared lindante y camino con paso adusto hacia la siamesa.
Luego de eso, tiernamente seco su lágrima mientras la peinaba.
-Parece que te dijera que eres muy tonta por pensar que te dejaría sola.- murmuró la niña, sonriente, mientras se levantaba para ponerse en camino.

Echó una última ojeada hacia el jardín antes de darse la vuelta definitivamente, pero los gatos ya no estaban.

jueves, 19 de noviembre de 2009

Fragmentos de ti.

(19 de noviembre del 2009)

Antes, cuando me quedaba pensando en su cara, trataba de recordar lo más posible sus rasgos. Pero estos a veces se desdibujaban tanto, que ya no parecía la misma persona. Pienso que esta distancia que manteníamos entre los dos nos convirtió en extraños.
Cada uno siguió su camino y continuó con su vida sin dejar nada tras de sí.

Pero no eran más que mentiras.
Pese a que dijera y quisiera creer que había olvidado todo, yo continuaba pensando en el, tratando de recuperar los fragmentos que me quedaban de el.
Rearmaba su silueta oscura con
las cosas que me había dado, leyendo sus palabras por mas que su significado fuese incomprensible. Buscaba incansablemente un lazo con el. Recuerdo que muchas veces me dije: “Ojala lo hubiese atado a mi, así ahora estaría mas cerca”.

Pero no era eso lo que realmente deseaba, porque en lo profundo de mi corazón, sabia que lo apreciaba por ser como es.

Desde el momento en que le conocí, me di cuenta de que no pasaría desapercibido por mi vida. El me mostró una burbuja llena de ilusiones y sueños solo para mi, me regaló una pluma y una pedazo de papel; y me incitó a escribir diciéndome: “Que sea lo que sientas y tengas ganas de decir… y no puedas”.


Aún recuerdo su reacción al leerme la primera vez… me felicitó y me recomendó muchísimas cosas, me ayudo a crecer.

Hoy, le debo mucho más que mis palabras.

Hoy, le debo mucho más que su forma extraña de cuidarme.

Hoy, debo agradecerle por irse tan lejos, porque de otra manera, no podría haberme dado cuenta de lo mucho que significa para mí.

Hoy tengo que agrade
cerle por desear para mí un mundo mejor, por despertarse esa mañana pensando en mí y buscarme una vez que regresó.
Hoy quiero agradecerle por quererme y dejarme ser libre al mismo tiempo.


Yo también voy a cuidar de sus alas, porque si no el dejaría
de ser un ángel.
Pero no dejaré de buscar sus plumas, por que son los fragmentos de el que puedo conservar para mi.

domingo, 18 de octubre de 2009

Noches brillantes


“El suave vaivén de los cuerpos al danzar.
El movimiento de una copa llena a rebozar.
Las miradas cómplices a la hora de brindar.
La felicidad reinante pese a la triste noticia.
Las risas resonando por doquier.
Las lágrimas guardándose para el final.
El adiós que no se quiere ni pensar.”

Su mirada vidriosa perdida en el cielo, sus manos abrigándose en los bolsillos de su sobretodo, sus pies apoyados sobre la tierra, y la cabeza divagando en sus pensamientos.
¿Por qué no tiene la mente sobre lo que lo rodea? Parece tan perdido…
Sin embargo, se da la vuelta hacia mí, y sus labios se mueven sin decir nada… camino hacia el.

- No pude escucharte- dije- ¿Qué dijiste?
- Nada… no dije nada.- respondió abrazándome
Era yo quien ahora se encontraba con la mente en el cielo.
Permanecimos un rato así, hablando de cosas que nos resultaban interesantes, sobre filosofía y moral, sobre las ultimas novedades en tecnología.
Me sentí feliz de poder encontrar ese espacio en el cual ambos nos sentíamos cómodos.
Hable de las cosas que me gusta escribir, y el respondía con alguna critica sobre mis trabajos.

- ¿Tengo que interpretar que soy como una musa?- dijo riéndose.
- ¡Jajajaja, podrías decirlo así!- respondí sonriendo. – Eres como una musa, sí.
- Pero las musas usualmente son inalcanzables.- mencionó.
- Ahí es donde dejas de ser un sueño y te vuelves realidad.- giré para verlo y lo besé.
- Prefiero mil veces ser tangible entonces, princesa.- dijo y luego me apretó fuerte contra sí.- Te amo princesa. Me haces sentir tan feliz y tranquilo. Me haces depender tanto de ti…

- Entonces soy como una adicción, ¿verdad?- inquirí entre sus brazos
- Eres lo que mas quiero en el mundo, y lo más importante que jamás he tenido.
Sin buscarlo, mi corazón saltó de mi pecho y las lágrimas comenzaron a aflorar.
El me miró con curiosidad y sonrío tiernamente. Luego preguntó:

- ¿Por qué lloras?
- Lloro de felicidad… soy muy feliz…
Como si de repente la noche se hubiese acordado de que era año nuevo, miles de fuegos artificiales aparecieron en el cielo y la noche entera relució como un diamante.
- Quiero más noches asá para estar contigo.- le comenté sintiéndome muy infantil.
- Yo también quiero más noches brillantes.- dijo el, volviéndose al techo lejano de nubes oscuras.

lunes, 12 de octubre de 2009

El cielo teñido de negro

Había sido expulsado, echado, arrojado, despreciado.
Había caído del cielo, me habían reducido a la condición de un simple hombre, criaturas sucias, impuras y pecadoras. Aquellos seres despreciables a los cuales, Dios intenta proteger con toda su fuerza.

No perdonaré nunca más a ninguna alma humana, sin importar cual sea su pecado. Aquí, en la tierra, no veo más que impureza, seres sin completar que cometen errores, y piden perdón sin arrepentirse con sinceridad.
Dios… ¿Cómo permites que estos seres disfruten de tus obras a sus anchas, mientras ellos te ultrajan y blasfeman?
Había sido arrojado del cielo, y caí en a tierra.

Entre las cosas que los Ángeles sabemos hacer, es comprender todos los idiomas, los hábitos, las costumbre, en resumen, disponemos de conocimiento acerca toda la cultura humana sobre la vasta tierra. Cada cosa que sucede en ella, concierne a los Ángeles, y a falta de ser omnipresentes, somos capaces de observar y estudiar el mundo entero.
Cuantas veces lo habremos visto destruirse por culpa de la raza de los hombres, los seres más necios y egoístas que la habitan.
Como Ángel es mi deber guiar a las almas al cielo, pero a decir verdad, quienes trabajan en el purgatorio no saben distinguir ya entre las personas impuras y las puras.
Cuando la caída llego a su fin, me desplome sobre un suelo que no había imaginado nunca pisar, vi mis alas blancas tornarse negras y como mis plumas comenzaron a caer.

Dios… ¿No reparas en enviarme a mí a la tierra a morir, cuando otras de tus creaciones comenten pecados mas graves? Yo todo lo que he hecho ha sido para cumplir tu voluntad, mi Dios.
El lugar en el cual me hallaba constaba de la triste vista de un callejón oscuro y gris, y de una muchacha joven de pie junto a mí. Llevaba consigo unas bolsas, lo que delataba que había estado comprando, además de una expresión asombrosamente llena de temor. Temor de Dios… Que placer sentí a darme cuenta de que al menos alguien poseía aun ese hermoso don.

- ¿Eres un Ángel? - Inquirió. Sus ojos maravillados se posaban una y otra vez sobre mi, como intentando disipar las dudas que pasaban a toda velocidad por su limitada mente.
- He sido un Ángel… solo que he caído del cielo - Afirme –Soy un ser realmente desdichado, mi querida Lizzie.- Comenté, y me deleitó ver como el miedo tomaba consistencia en su delicada expresión. Me basto con verla para saber todo sobre ella. Un truco que todavía poseía pese a mi nueva condición.

- ¿Cómo sabes mi nombre? - Dijo retrocediendo, tal y como había planeado.
- Es mi deber, por que yo seré quien te conduzca al cielo - Conteste levantándome del suelo y mirándola de reojo.
Su hermoso rostro se lleno de una enorme congoja, y las lágrimas se agolparon sobre sus ojos, mientras yo sentía como su corazón se oprimía y agitaba con cada palabra que le decía.
- ¡No me lleves aun contigo! – Dijo mientras me abrazaba y gemía lastimeramente – Todavía tengo que cumplir con mi promesa.

El tacto de su tembloroso cuerpo contra el mío, me lleno de asco y desprecio. Tanta repulsión me causo, que de un simple golpe la aparte de mí y ella cayó sobre el suelo con su labio inferior partido en dos.
- No soy un dios de la muerte, jovencita – Exclame lleno de indignación, mientras me daba la vuelta para no verla. – Soy un Ángel caído. – Repetí mientras tomaba una de mis plumas negras y se la arrojaba sobre sus rodillas. – Contempla, esta es la condición a la que he sido reducido.

Anonadada por mis turbadoras palabras, Lizzie permaneció en silencio, sin saber que responder.
Miraba mi espalda surcada por las cicatrices de los latigazos que habían formado parte de mi castigo en el cielo, mientras las plumas oscuras se desprendían lentamente de mis alas llenando el callejón. Se deshacían por que mi poder para mantenerlas ya no estaba.

Ante esta situación, ella emanaba un aura de pureza que jamás había sentido en toda mi existencia milenaria. Una pureza que me tentó, al igual que la serpiente a Eva, para conducirme ligeramente hacia lo que en ese momento no imagine como un pecado.

Me acerque a ella, y su cara quedó a apenas unos escasos centímetros de la mía. Sentí su aliento calido y a su vez como esa atracción se volvía más fuerte. La Lujuria me invadió.
- ¿Serías capaz de hacer algo por mi? – Pregunte- Ayúdame a regresar al cielo.
Se muy bien que Mentí para alcanzarla, que mi Egoísmo había sido mas fuerte que yo.
Pero era un humano… Son cosas que solo les pasan a ellos.
Lizzie asintió con sencillez, y sus trasparentes ojos revelaron ante mi una verdad irrefutable. Sentí pavor de mi cruel deseo, pero aun así lo lleve a cabo hasta el final.
- Entonces, quédate ahí.

Posé mis labios en los suyos, y mis brazos a su alrededor, tratando de contener todo su cuerpo con el mío. Mientras mis alas nos cubrían, un haz de luz surgió de ella y ambos nos fundimos en el otro.
Sentí una calidez y seguridad totales, además de una extraña sensación de estar finalmente completo. La Gula me invadió y quise más.

Me torné parte de ella para compartir su pureza con la mía.
Mis alas se despedazaron por completo y mis plumas se desvanecieron junto con la luz.
Nuevamente reino la oscuridad, y me desmayé.

Yo era un Ángel… había caído del cielo.
Me había convertido en humano.
Y había sentido por primera vez el amor sin comprenderlo.

Fuego en sus ojos


“Su mirada fría me caló por dentro, y sus palabras agudas como cuchillos me atravesaron sin piedad. Sentí en carne propia lo que yo había hecho como nunca antes.
Dolía tanto cada una de sus expresiones y gestos que no soportaba verlo a la cara.
Lo sentí absolutamente todo: el enojo, la rabia, la tristeza, la melancolía, regresando a mí pese a que no era yo a quien se referían si no a mi actitud
No me observaba con desprecio o descontento, tan solo me veía y nada más.

El fuego que el poseía no se había desvanecido. Dentro de el ardía furiosamente, como cuando uno arroja a una fogata casi extinta un pedazo de papel, y este arde rápidamente y se apaga casi al mismo tiempo que comenzó a quemarse.
Empecé a llorar, pero sabía que las lágrimas no lo conmovían en lo más mínimo.
Pero esa no era la intención de mi llanto. Buscaba alguna manera de sentirme mejor, y esa era la única que conocía. No trató de consolarme, ni tranquilizarme; tan solo esperó que me calmara sola.”

Por más que diga que detesto tanta frialdad, el consiguió que aprendiera a medirme en mis acciones para no lastimar a los demás. Para no volver a decir esas palabras y tratarlo de aquel modo sin razón.
Por que sus palabras no eran para herirme, si no para hacerme entender lo que yo había hecho."

Completa

A veces no le ves el sentido a la vida, y te pierdes entre cosas que no son capaces de llenarte. Soles pensar que todo tiene solución pese a que no sea así, porque es una manera de no caer. También te arrastras entre las masas para poder pertenecer a alguna parte, y todo eso es muy lógico. Yo no soy la excepción de las reglas naturales.

No se como decirlo con claridad, pero siento que estoy siendo yo misma, con un constante riesgo de perderme en mi propia oscuridad y luz, pero igualmente yo misma.

Hay tan solo una persona que yo percibo como completa, y lamentablemente no puedo hablar con ella tanto como quisiera. Me gustaría decirle que admiro su entereza y noto que me falta mucho para alcanzar tal nivel.

Pero lo que también me reconforta, es saber que avancé bastante desde que este proceso comenzó en mi; y que los resultados nos aparentemente notables en mis actitudes.

Se que hay muchos disconformes con eso, pero no necesito depender de esas opiniones si busco el camino hacia la autonomía. Busco el camino para convertirme en un ser completo.

Y algún día estoy segura de que alcanzaré a decir:

“La oscuridad y la luz no me controlan, yo no caigo en ellas si no es a intención. Ellas son mis armas y yo soy quien posee verdadero poder sobre ellas.”

viernes, 11 de septiembre de 2009

Quien se pierde entre las sombras

No recuerdo cuantas veces lo vi pasar ante mí. Habrán sido unas pocas… el acostumbraba perderse en las sombras y no regresar en mucho tiempo.
Eso si, se notan en el sus cambios profundos a medida que acerca mas a la luz. Sus ojos son distintos, sus palabras menos frecuentes, sus sentimientos cada vez mas perdidos en su interior; como si se tratara de un alma vacía.
Por eso mismo no entiendo por que siempre caigo en lo mismo.
Vive por el y para el, y nadie mas pareciera existir en su mundo. Autónomo y prudente, calculador y frío, un ser con un corazón azul, manipulador y rebelde a su manera, en contra del destino y de los que se aliaron con el para sobrevivir; como si se tratara de esas conspiraciones masivas.
El esta harto de quienes se engañan a si mismos para elevarse ante los demás… por que el aprendió a hacerlo solo.
Transformado en un amante de los vicios, y ligeramente corrompido por la crueldad, se aproxima al límite por el expresado de forma amenazante. Pero conservando su cordura de con una habilidad pasmosa, y con su mente despierta atenta a cada chance que aparece, como el fruto del instinto de supervivencia.
Con esa cordura es con la cual esboza su sonrisa y seduce a sus victimas, quienes caen sin saber decir si fue por suerte o desgracia, o quizá por que ellas anhelaban caer.
El aroma de un intenso perfume mezclado con su aliento humo, la brutalidad de su accionar disfrazado de cordero; como si se tratara de una pasión desmesurada, son sus recursos mas comunes. Hasta obtener el premio mayor y robar el beso fugitivo, mientras la mirada azul que atraviesa sus ojos estudia sus almas.

No es mas que un ser errante, en busca de alguien capaz de liberar su salvajismo y dominarlo con dulzura y sutileza. Una domadora de fieras que atrape al lobo y lo transforme en un simple can.

Esperemos que el lobo encuentre a quien se pierda junto a el en las som

miércoles, 2 de septiembre de 2009

Mi sentir hacia las letras

Escribo, me leo y me corrijo.
Me voy adueñando de un estilo, de una técnica y de una identidad; que al desgranarla me descubre.
Escribo con pasión: por amor, por tristeza, por alcanzar la cima de mi mundo… y busco algo que sea capaz de decirlo todo en una frase, sin exagerar ni reducir su valor.
Pero no encuentro palabras que sean lo bastante fuertes para sostenerme.
Y ya no me soportan las mentiras.
Voy a comenzar con algo nuevo, no importa que nadie me recuerde, si no que basta con que yo no me olvide de mi, que mi vida sea algo que en mi trascienda.

Escribo, me leo y me corrijo.
En un principio como una queja, como rebeldía, luego solo fue una parte del método de la conquista para crear cadenas al resto y quitarme las mías. De enredarlos uno a uno y conseguir que sucumbieran.
Y al final de eso es de lo único que me arrepiento.
Desde la primera vez que garabatee sobre el teclado, mi historia en las letras tenia origen en las burbujas que un ilusionista lanzo sobre mi. Todo aquello que yo quería denunciar, me colocaba sobre un escenario, gritándole cosas que pudiera escuchar. Pero sin obtener más que el silencio del enorme auditorio.

Escribo, me leo y me corrijo.
Sueño con escribir para alguien más, quiero que esta voz que soy capaz de usar la escuchen. No solo por el ilusionista, no solo por los viejos amores, por que yo no volveré a tomar este medio para hablar de lo que paso, si no de lo que esta sucediendo.
Que mi vida sea algo que en mi trascienda.

miércoles, 5 de agosto de 2009

Crónicas de mis sueños 1

Crónicas de mis sueños:

Una historia de terror y el detonante de una mente explosiva

Cuando desperté esa mañana, me encontré con una montaña de vasijas de cerámica rotas. Reconocí entre los innumerables pedazos; mis propios trabajos, y un grito nació desde lo mas profundo de mi garganta.

Ella se despertó de un salto, y me miro como si nada; preocupada únicamente por su sueño interrumpido. Mi madre no tardo en llegar, también a castigarme por el grito. Pero yo señale las vasijas, y Ella solo atino a quejarse del lugar equivocado donde yo las había colocado la noche anterior. Intente explicarme, pero no quisieron oírme; y no importaba en lo mas mínimo mi voz, y por mas que no quisiera, bajaba la cabeza ante sus quejas. Termine por recibir la culpa, pero así no reparaba nada, si no que me hundía un poco mas a cada paso. Mi madre no cedió su voluntad, y se retiro, murmurando injurias, de nuevo a el resto de la casa, a continuar con su orden. Apenas se fue, Ella soltó una cantidad obscena de insultos combinados con una golpiza feroz. Luego de terminar de descargar su ira, se apodero del baño, y mientras su voz chillona hablaba mal de mí con un amigo, me arrodille sobre el suelo a levantar los pedazos. No me anime a tirarlos por miedo a perderlos para siempre, así que los guarde.

A la tarde me esperaba una espantosa sorpresa, Ella había traído a su amante, y sobre mi cama yacían los dos. Desparramada por el piso, la ropa de ambos, y los preciados fragmentos de mis creaciones ya no estaban. Espantada cerré la puerta y corrí lejos. Enseguida, Ella se vistió a toda velocidad y me persiguió hasta atraparme contra un rincón; agarro con sus manos un vaso de cristal y lo arrojo sobre mi. Los vidrios cayeron sobre mis brazos, que había levantado para protegerme la cara. Llorando me arrastre hasta el baño e intente curar los cortes, pero antes de poder hacer nada, me desmaye sobre el suelo.

Me desperté de nuevo con los golpes sobre la puerta. Ella quería usar el baño. Como pude me puse en pie y abrí la puerta para verme cara a cara con Ella. Me hizo jurar que no diría nada; y también me obligo a limpiar el charco de sangre que había sobre los cerámicos. Acto después, entro a la ducha; cerrando la puerta sobre mi nariz.

Días mas tarde, Ella se porto mas amable; mientras por lo bajo me amenazaba para callarme la boca. Yo bajaba la cabeza y hacia silencio.

Por esa semana pasaron una serie de actos similares, pero no llegaron a curarme el susto y el espanto de las golpizas de las otras veces. Yo seguía en silencio, aguardando por mi huida. Él me había prometido escaparnos juntos, lo cual era la razón por la que yo esperaba con tanta paciencia y mansedumbre.

La noche que elegimos para irnos, un móvil de la policía nos esperaba a unas cuadras de mi barrio. Él fue llevado preso y yo obligada a quedarme en casa. Cuando los amables hombres me trajeron de regreso, me esperaba mi padre. Tomo mi muñeca con fuerza, y me abofeteo hasta cansarse, pero mi boca quedo sellada y ni un gemido salio de ella; todo aquello no era nada comparado con lo que Ella hacia conmigo. La sangre broto a borbotones de mi nariz, mientras mis ojos se humedecían, y empecé a sentir como la anemia me conducía lentamente hacia la inconciencia de nuevo. Con las mejillas hinchadas y el rostro desfigurado subí a mi cuarto, pese al espantoso temblor de mis piernas. Ella se río de mí en mi cara, y presumió de su amante y su novio. Pero de mi solo surgió silencio. Y ya harta de mi inmovilidad, cerró su boca despectivamente y se durmió.

Los días siguientes, admito que me asemejaba mas a un espíritu, con la diferencia de que yo si dormía. Mis amigos me abandonaron, mis notas bajaron y apenas si comía algo. Poco a poco me convertí en una bolsa de huesos. Mis mejillas estaban hundidas y el brillo que tenía mi mirada, desapareció junto con el resto de las ganas que me quedaban para vivir. Daba lastima verme, yo me daba lastima. Pero seguí bajando mi cabeza, por que realmente ya no tenia fuerzas para levantarla.

Fue en esa semana cuando mi infierno llego a su fin.

Mientras subía las escaleras a la planta alta, Ella bajo lentamente, y al momento de tropezarse conmigo, me susurro con una voz silbante: “Ya no necesito que guardes ningún secreto. Ya no me sirves”. Acto seguido mis ojos se toparon con el techo del hall, mientras algo caliente resbalaba por entre mis ellos. El cristal de mis lentes se había quebrado, y mientras se nublaba mi vista, pensé, y desee que Él pudiera oír mis pensamientos dondequiera estuviese:”Al fin pude salir de este infierno. Espero nos volvamos a encontrar”

jueves, 16 de julio de 2009

Aun lo recuerdas?


Y fue así, como nos vimos obligados a estar lejos. No nos hablamos por meses enteros; y el miedo de tornarme desconocida para ti me llenaba por completo.
Evite reuniones y salidas, deje de frecuentar a intelectuales; me volví mas arisca y reacia a relacionarme con la gente. Lentamente todos se fueron, y mi hogar, ahora vacío sin el, se convirtió en fortaleza.
No quería olvidarme de mis sentimientos bajo ningún concepto. Había noches en las cuales no sabia que hacer, y me sentaba a mirar los testimonios de los recuerdos que ambos habíamos vivido.

Todas esas noches lloraba amargamente, extrañándolo muchísimo. Supuse que tal sentimiento de autocompasión hacia mi misma me hacia daño. Mis amigas quisieron ayudarme; pero fui terca y no les hice acaso por más que tuvieran razón.
Pero toda esa situación duro más de lo que yo soportaba. Y de un día para el otro, tire todo aquello que me unía a el y mi pasado.

No podía dejar de crecer y detener el tiempo en mi vida para no cambiar. Pensé en un principio que el me amaría igual que antes si me mantenía tal y como soy.
Al final, volví a ser sociable, y salía cada vez que podía. Conocí personas que de momento me hicieron sentirme acompañada y sostenida.

Fue entonces cuando un hombre importante en mi vida, confeso que estaba enamorado de mi.
El silencio que invadió la habitación fue como un balde de agua helada, y una respuesta sin siquiera ser pensada broto de mis labios:

-Lo siento, pero estoy esperando a alguien- dije
Huí a mi fortaleza y me refugie en mi habitación. Llore un poco y me senté a esperar algo.
Soñaba con oír noticias de el que nunca llegaban.
No quiero volver a ser una desconocida para el. Pero el tiempo para nosotros dos, ya paso.

Realmente no quise


Realmente no lo creo.
Como se desvaneció sin decir nada, y se deshizo en el aire, dándome la sensación de que nunca existió.
No pude ver.
Como me llene de vacío, y trate de volcarme en otras cosas, pero aun así extrañaba todo.
No lo entiendo.
Como jamás lo pregunte, como la duda no me asalto, hasta que fue demasiado tarde para volver atrás.
No quise escuchar.
Como me dijo la verdad, quise tratar de hacer lo que pensé que quería, y me conforme con los restos que quedaron.
No me había puesto a pensar.
Como ni siquiera sospeche, en que momento la mentira se volvió real, y ya no podía recordar nada más.
No pude soportarlo.
Como lo hundí todo en un pozo profundo, y lo abandone a su suerte, dando a mi alma paz.
No puedo olvidar.
Como quise borrar un sentimiento con otro, como una niña que no quiere saber, por miedo a la verdad.
No puedo perdonarme.
Como quise esconderme.

Prisiones

A veces no entiendo por que la vida de la gente se complica tanto. O como pareciera que se buscan los problemas. Hay muchas veces que no podemos hacer nada más que intentar resolverlos.

Pero simplemente las cosas suceden de imprevisto, dando vuelta el tablero y jugando en contra, por muy aliado que pudiese haber sido o parecido.

Simplemente quiero ser feliz a mi manera, sin que me importen las críticas o quejas, pudiendo hacer caso omiso a todo, ser terca en lo que quiero... pero siempre algo sale mal. Siempre me rindo antes de intentar nada, por que vivo con miedo de fallar, vivo con miedo a ser castigada, vivo con miedo a perderlo todo, vivo con miedo a vivir...

No se como hacer para tener mas firmeza en mis decisiones, ¡detesto que me pasen por encima, que me critiquen sin conocerme! ¡Lo odio, realmente lo odio! Realmente odio que nunca me tomen en cuenta, tener esta personalidad débil que no puede hacer nada para si misma, esta alma tan llena de culpas ajenas, este corazón negro de tanto rencor, esta mente fría como la de una máquina, esta forma de ser tan inocente y sucia a la vez. No quiero ser así, no quiero ser de esta manera, quiero ser una persona mejor… quiero ser una persona mejor y sentirme orgullosa de ser yo misma.

No me gusta despreciarme así, pero hay días en los cuales me siento de esa manera… y no se con quien hablar, por que solo tengo ganas de llorar… llorar mucho…

Sentirme presa en mi propia casa es lo que mas me frustra… debería sentirme segura, pero amo tanto el cielo detrás de las rejas de la ventana, y amo tanto alejarme de estas paredes que pacientemente soportaron mi vida. No es esta casa, no es este un hogar para mi, son las personas son quienes hacen la diferencia en el asunto. Nunca desee tanto salir de mi casa como ahora, adoraría quererla como un hogar… pero solo hay rejas y quienes que quieren hacer de mi vida la suya

Tomemos decisiones que seamos capaces de afrontar, hare lo que sea, por que me he decidido. ¡Definitivamente voy a ser feliz, al costo que sea, yo voy a ser feliz!

domingo, 7 de junio de 2009

El bar de los ‘80


Era una mañana fría de otoño, hacia ya varios días que estábamos enojados. Pero parecía que sin importar cuantas cosas malas sucedieran nosotros permanecíamos juntos.

Nos vimos obligados a acercarnos por causa del viento helado, y antes de poder darme cuenta, el me había tomado la mano. Su calidez me invadió por un instante y se desvaneció poco a poco a medida que los autos se deslizaban sobre el asfalto. Yo volaba en las nubes como de costumbre. Caminamos por un rato largo sin saber bien que hacer o a donde ir.

Ninguno abrió la boca, nadie dijo nada, y sentí una grieta que se abría de manera monstruosa entre los dos. Yo odiaba eso, no me gustaba estar lejos de el estando tan cerca. Un transeúnte que corría para alcanzar un colectivo, y atravesó la vereda por entre los dos, no nos permitió seguir con las manos entrelazadas.

Ambos quedamos inmóviles, mientras la gente caminaba alrededor nuestro a cumplir con sus respectivos trabajos. Comenzó a caer una débil llovizna, y lo mire con dudas, preguntándole si pensaba guarecerse. El no me miraba a mí, veía el cielo. Esa grieta que sentí en un principio se transformo en un abismo, y en un intento de recuperarlo lo abracé.

Sacudido por mi impulso, cambio el cielo por mis ojos, me acaricio la cabeza y me sonrió como siempre. Lentamente me separo de el y tomo mi mano de nuevo. Yo sabía lo que me quiso decir. El me dijo “te extrañaba”

Sonreí, y lo mire con ternura. El bebía su taza de café caliente doble en esa mañana tan fría de otoño. Habíamos encontrado un bar que nos agradó bastante, porque era acogedor y abrigado, pese a las paredes de cristal que poseía. Colgados de las paredes, se veían propagandas viejas de marcas conocidas, y fotos de automóviles clásicos que seguramente tenia mas años que el hombre que nos había servido en ese día.

Como no teníamos demasiado dinero, ni demasiada hambre; y yo había comido algunas galletitas antes de salir, pedimos tan solo un café y un submarino. Yo detesto el café, pero amo el chocolate. Eso es algo que siempre le repito, porque cuando pedimos algo de tomar yo contesto con la misma frase: “No me gusta el café”.

Luego de que entráramos, empezaron a sonar temas viejos de rock nacional que solo el conocía. En realidad la que no sabía nada de rock nacional era yo. Yo le preguntaba por el nombre de la canción, el artista, de que año era, y el siempre sabia que responder. Y eso no me molestaba, me agradaba que supiera mas que yo, algo de el seguramente aprendería.

No tardo en darse cuanta de que lo observaba con curiosidad infantil, y me arrojo una señal inconfundible de que se había dado cuenta de que estaba allí, un pequeño resoplido alcanzo para apartar mis ojos de el, y concentrarme en mi submarino.

Tome la copa con las manos heladas, y disperse el calor del chocolate hirviendo para no quemarme los labios al beberlo. Bebí un sorbo que me devolvió la sensación de poder moverme. Aquella que había perdido mientras caminábamos de la mano por la ciudad.

No supe por que, pero ese día lo sentí mas cerca mío que antes. Seguro era por que el frio nos había prácticamente obligado a juntarnos mas, o porque simplemente no queríamos estar lejos del otro.

Rodeada de esos pensamientos, seguí tomando mi chocolate con tranquilidad, por que me hallaba tan cómoda que no tenia ganas de levantarme de ahí. Continúe recorriendo el lugar con mis ojos, tratando de no perder detalle de ese día. Y cuando termine mi submarino, lo miré de nuevo, como preguntando si estaba bien. El no es de interpretar bien esas señales, así que me vi obligada a preguntarle con palabras. Contesto con un seco si, y esta vez fue el quien se quedo perdido entre las paredes del bar. Con disimulo, estire mi mano sobre la mesa doble que compartíamos enfrentados, y con la cabeza gacha, volví a estrechar sus manos, dispuestas al costado de su café.

El no me dijo nada, ni me miro, ni me dio ninguna señal más allá de un gruñido, que yo bien sabia que significaba “gracias”.



::::::::Remasterizacion del cuento "El Cafe de los '80"::::::::::