martes, 31 de agosto de 2010

Crónicas de mis sueños 4

La espera juntos(23 de Agosto de 2010)

Recostado sobre su almohada, el piensa en ella.
Dando vueltas sobre su cama, ella piensa en el.
Pero sus sentimientos se alcanzan pese a los kilómetros. Y ambos se imaginan juntos. Sueñan con sus brazos, anhelando por un suspiro de realidad en sus deseos.
Ella se levanta, el insomnio es su defecto. Rebusca ente las botellas de agua la que ella siempre toma. La encuentra, la bebe, la deja de nuevo. Cierra la puerta y se sienta a la mesa. Se recuesta sobre el helado vidrio, jugando a empañarlo con su aliento. Se le caen los párpados, regresa a la cama, se cubre de nuevo. E intenta dormir.
En este invierno tan frío, le gustaría estar con el.

El se encoge sobre sus rodillas, con sus pies congelados, su defecto. Se levanta, avanza hacia el baño, se refresca la cara, toma algo de agua. Replica por el aire tan gélido que le lastima la garganta, escucha los ruidos de su compañero de departamento. Resopla, el vapor se asoma por su boca, el se cubre las manos. Mira una vez mas el comedor, regresa a su cuarto. La cama esta helada de nuevo, lo que el más detesta, se desliza bajo las sábanas, se cubre hasta la nariz, resopla de nuevo. Se duerme en un instante.
En este invierno tan frío, le gustaría estar con ella.

Ella toma su teléfono, sin saber si mandar o no un mensaje, solo sabe que quiere saber de el. Duda, se decide, y tipea:
“Hoy hace mucho frío~, me encantaría tener una bolsa de agua caliente >O<. Perdoname, pero no podia dormirme...”

El se despierta, su teléfono esta sonando, sin saber si tomarlo y ver quien es o no, solo quiere que deje de sonar. Duda, se decide, y lee. Y luego le responde:
“Intenta dormirte, conta ovejas o algo. Estaba dormido hasta recien, pero pensaba en ti de todas formas, asi que bien que me mandaste ese mensaje”

Ella esta expectante al teléfono, le pone ansiosa mandar y recibir mensajes. Sabe que mirar la luz de la pantalla cansa la vista, y con eso del insomnio se queda prendada del teléfono para cansarse la vista. Vibra sobre su almohada, lo toma y en menos de un segundo responde:
“Se que te molesto, pero de todas maneras te mando mensajes. Sabes que soy una chica acosadora xD. Soñaba algo, y parece que desperte, y ahora estoy tan alterada que no puedo dormir”

El se duerme profundamente otra vez, el celular lo despierta. No responde. Lo deja sonar.
Ella se duerme, sueña que están durmiendo juntos en casa, que están hablando de las cosas que les gustan.

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La niña se despierta. Sale corriendo a la cocina, mientras su mamá lava los platos.
“Soñé algo muy raro, mamá. Eran papa y vos de jóvenes”
La madre la mira de reojo.
“¿Y como éramos? ¿Lindos y sin arrugas?”
Se agacha para estar a la altura de Daniela para abrazarla.
“¿Qué viste?”
La nena se refriega los ojitos antes de responder.
“Papa se estaba vestido así nomás, y vos eras más bajita” hace Dani el gesto de la estatura. “Estabas con ese camisón negro que tenías, y ustedes estaban en la vieja casa, tomando de unas tazas azules. Hablaban de nosotras”
La mama la mira de nuevo.
“Raro sueño... ¿Tu hermana esta dormida? Sabes que le cuesta dormirse”
Dani afirma fuertemente con la cabeza.
“Está re dormida, mamá, Lore no se va a despertar”
Dani se eleva en el aire, su papá la esta alzando.
“¡Hora de dormir, linda!”
Sonríe y mira a su mujer.
“¿Lorena esta dormida?”
Afirma nuevamente Dani.
“Re-dormida”

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Una vez dormidas las niñas, los padres se miran.
“Esta es la vida que soñamos juntos un día”

sábado, 28 de agosto de 2010

Feel Me

Háblame, recuérdame, siénteme, estoy tan cerca ahora.
Te puedo oír, pero estás lejano, solo quiero que te me acerques un poco más.
Ya estoy deseando el tacto de tu piel, ya comienzo a enloquecer.
Y es que eres lo que más me gusta, y sin ti a veces me pongo triste.
Pero cuando no te veo quiero hacerme más fuerte, y últimamente te deseo tanto que no lo puedo contener.

Esto que esta dentro de mí, que escapa de mi control.
Me encanta perder los estribos, hacer lo que sea, aprovechar cada segundo.
No voy a detenerme, tengo las cosas a favor. Y por las noches pido por ti.
Por más que creer en Dios parece en vano, le ruego que ampare nuestro tiempo.
No hay nada que me guste más que pasar los días junto a ti.
Y sin ti a veces me pongo triste.
Pero cuando te veo quiero hacerme mas fuerte, y últimamente te deseo tanto que no lo puedo esconder.

Creía que estaba mal, pero solo buscaba excusas para romper la perfección.
Entiendo que no es perfecto ahora, y que lo que paso estaba fuera de mi alcance.
Los errores no tienen culpable, son solo situaciones desfavorables.
Hoy ya no importa si alguna vez una te deseó, o que la otra te amó.
Hoy cada centímetro de tu espalda se estremece bajo mis dedos, y eso nadie más lo tendrá.
Te tengo como nadie te tuvo jamás. Y sin ti a veces me pongo triste.
Pero cuando te veo quiero hacerme mas fuerte, y últimamente te deseo tanto que no me puedo esperar

Estás durmiendo junto a mí, abro los ojos y se que estas ahí.
A veces no puedo dormir, y me quedo mirándote. Hasta que despiertes y te des cuenta de que sigo ahí.
Tú preguntas por que no puedo dormir. Y es que a veces es difícil de creer.
Que la elegida fuera yo, que el encontrado fueras tú. Y que fuera tan fácil decirnos que si.
Estoy escribiendo sobre amor, y pasiones descubiertas.
Se que siempre que te busque te voy a encontrar. Pero sin ti me pongo algo triste.
Pero cuando te veo quiero hacerme mas fuerte, y últimamente te deseo tanto que no se como decirte que te amo mucho más de lo que puedo decir.

miércoles, 18 de agosto de 2010

Cómo alcanzar a tu estrella

¿Cómo te encontré?, la verdad es que no lo se muy bien, solo se que no te quise ver. Estaba segura de mi capacidad de distinguir la gente importante para mi vida, pero vos parecías ser un tipo más.
Había algo diferente, y fue que yo te quise en mi vida. Desde entonces y para siempre estas ahí, guardado en mi corazón. Muchos me dijeron “Esperas en vano, nada bueno vas a conseguir” y por mucho tiempo lo creí así.
Pero espere igual, sin saber que el final seria satisfactorio. No me interesaba realmente, si no que tan solo quería poder verte y hablarte.
Cada vez que pensaba en alguien mas poseyéndote, enloquecía y fingía que no sentía nada. Dios, mentía tanto con respecto a mis sentimientos en ese entonces, pensaba que podía dominarlos haciéndome creer que no existían.

Hasta que llego ese día. “Te quiero en mi futuro, siempre te quise” eran las palabras que soñé oír alguna vez sin darme cuenta, cosas que no me esperaba. Sus lágrimas en mi hombro, mi ropa mojada y la fuerza de su abrazo.
Sentí que me deshacía entre sus manos, que no importaba lo mal que la estaba pasando yo, que quería dejar mis preocupaciones de lado y cuidarlo. Parecía tan pequeño y frágil, como cualquiera de nosotros. No pretendí nada más de el, jamás me aproveche de su debilidad. Pero el de la mía si; y entonces al irme me besó. Cumpliendo un deseo tan guardado dentro mío, algo que no me había atrevido a contarle a nadie.
Se que es unos días antes de lo esperado, y lo siento pero el sábado no creo poder hacerlo.
En un principio ni nosotros teníamos fe en como tratarnos, hoy estamos cerca de cumplir nuestros sueños.
“Como te dije ese día en el escort, te quiero en mi futuro, Flor” volviste a decirme hace poco.
“Quiero estar ahí” quise responderte.

Con mucho amor, Flor

jueves, 12 de agosto de 2010

Insegura y Frágil

Lo se, últimamente no me siento bien. Es como si nada me satisfaciera, nada me alcanzara, que siempre quiero más.
Estoy sola, aguardando que mi tiempo me llegue, que la espera se acabe, o que todo termine.
Pero no se hacer otra cosa más que sentarme a esperar, y eso no me gusta. No me animo a enfrentar a la gente, a hacer nuevos amigos, a abrir mi corazón.
Siento que a todos los que les abro mi corazón, terminan huyendo. Siento que nadie puede querer esto que soy, y se que no esta mal lo que soy, si no que solamente quieren cambiarme.
No se ahora si hice bien o mal en la forma en la cual trate a un amigo, que ya no esta. Pero ahora mismo tengo tantas ganas de hablarle y de que alguien me consuele. No se, quizá me equivoqué, pero ahora no estoy tan segura de querer retroceder.
Ya me arrepentí de tantas cosas y al final todas fueron buenas, que no se si esta, que me hace encoger el corazón, sea la correcta.

No estoy segura de que hacer, puede que ya no quiera ni hablar conmigo de nuevo...
¿Qué puedo hacer?

Kaza Nagi - Suga Shikao
(xXxHolic Rou)

viernes, 6 de agosto de 2010

Composición perfecta / Simbiosis

(3 de Mayo 2010) Imágenes de Lord Kevinz (Deviant Art)

Un bollo de papel voló por mi cabeza, pero pude esquivarlo con un rápido movimiento sin que el café se volcara.
Esta es cosa de todos los días, mi compañero de departamento es compositor, y esa, su forma de recibirme cuando algo anda mal. Bueno... siendo sincera, en realidad no somos compañeros, porque yo soy su vecina de al lado, y tampoco vivimos juntos, pero es como si lo fuera.

-Esta va a ser una noche larga- le digo mientras esquivo las incontables pilas de papeles de su habitación, pego un saltito, dejo el café en su escritorio y me siento en la cama al lado de su guitarra.
-Mejor no digas eso, tengo la esperanza de terminar antes... gracias por el café... por más que sea pésima haciéndolo- se lleva la taza a los labios y la vacía de un sorbo con una cara de asco increíble. Pero ya estamos los dos grandes como para sentirnos ofendidos por cosas de niños.

Me quedo mirándolo un ratito, pero enseguida me vuelvo hacia su guitarra. Muchos me han dicho que esta loco o que yo estoy loca por acercarme a el. Creo que en ambas cosas tienen razón, que somos dos locos. Pero de las cosas que nos apasionan.
El con su partituras y su guitarra, cosas sin las cuales el mismo dice que no podría vivir; y yo con mis libros de historia y mis tesoros egipcios, objetos por los que di más de lo que tenia... y con eso no estoy bromeando.

A estas alturas habrán adivinado quien soy, si no son gente poco despierta.... Soy egiptóloga, y trabajo en un “Aburrido” museo. Lo digo de forma irónica y con mayúscula, porque mis aficiones a los lugares tranquilos y preferiblemente vacíos es muy mal vista. Hasta mi familia me lo dice. “Aburrida como eres, no conseguirás un hombre”... como si eso me interesara tanto. Esta bien, si admito que si me interesa, pero que quede en claro que no es lo más importante del mundo para mí.
Esto también les da otra pauta: no tengo muchos amigos por ser “Aburrida” (insisto en la ironía).

Aparte de eso, las personas tienden a ser hirientes tanto conmigo, la saqueadora de tumbas que no se le acerca ni un poco a Lara Croft; como con Leo, un compositor iracundo que vive y respira solo para escribir música, que de por cierto a pocos les gusta. No es por ser mala, pero la gente que vive del arte se muere de hambre. El no es la excepción.

Diría que somos amigos, pero no lo creo así. Parecemos más bien gente que se conoce mucho y que comparte piso (que es lo que somos a grandes rasgos).
Hay cosa también que nadie es capaz de entender. Por ejemplo: Leo si bien canta como los dioses, yo prefiero su silencio y el momento en que graba los instrumentos uno por uno para unirlos en una canción. Trabaja como perro, eso sí que no lo pongo en duda; y es en ese momento que se muestra como el ermitaño perfecto para vivir conmigo. Además de que se lo ve extrañamente feliz. Olvídenlo, ninguno de los dos es amante de las multitudes.

Yo en cambio, me dedico a esconderme tras ficheros gigantes en el museo, y a esperar a que los directivos me regalen mi soñada segunda beca para Egipto.
Sueño que tras algunos años de espera no parece llegar más, pero que mis padres y parientes están “Intentando” costearme, lo digo también en sentido irónico porque van a tardar mucho más que los del museo, y porque tienen la necesidad de gastar apenas ahorran mil pesos, en una tele nueva y cosas así.
Se que suena ridículo, pero si pudiese irme para siempre, mejor.
Volvamos a hablar de mi mejor, así entramos en confianza. Las cosas negativas acentúan la afinidad, pero no tan bien como las cosas buenas. Pero voy a empezar con una historia triste.

La soledad se siente más luego de haber probado la compañía, y yo hasta hace unos años vivía con mi actual ex novio. Pero eso no funcionó desde un principio ¿Ven esas personas que realmente no funcionan?... éramos de esos.
Recién cuando Leo llegó al edificio, las cosas para mí mejoraron. El ayudó de su tosca manera, a librarme del fantasma de mi ex.

Por eso hoy quiero ayudarlo a el. Siempre buscando la composición perfecta, se desvela casi todos los días. Pero no lo ha conseguido por que sus estándares son tan elevados que ni el mismo se ve capaz de alcanzarlos algún día.
Luego de esta pequeña reseña personal, paso a explicar porque escribo todo esto:
Decidí empezar un diario para canalizar mis emociones. Soy un rejunte de emociones contenidas, muchísimas cosas.

Pero no se porque lo explico si nadie va a leerlo, tratar de entenderlo y querer siquiera saber sobre ello. Está bien... lo dejemos ahí antes de que escriba cualquier cosa.
Volviendo a la realidad...
- ¿Empezaste a escribir? - preguntó Leo mientras se daba la vuelta en su silla giratoria.
Sus lentes están al borde de su nariz debatiéndose entre caerse o quedarse en suspenso, tenía ojeras profundas y oscuras, mientras que su barba sin afeitar y su pelo desgreñado clamaba por una limpieza general. Creo que mi mirada me delató.
- No me baño desde ayer - dijo como disculpa.
- Y hace una semana que no ves una afeitadora - digo distraídamente mientras me concentro en la guitarra para no reírme.

Nos encanta denotar al otro lo mucho que nos conocemos. Nos reímos de lo escépticos que podemos ser, y la ironía entre los dos es una constante. Somos muy parecidos.

Pero en definitiva, yo creo que el es el más maduro de los dos por el simple echo de ser más concreto. Yo en cambio me balanceo entre la abstracción y lo absurdo. Soy la que cuestiona incluso a Dios. Pero no en una sola ocasión, si no cada vez que tengo chance.
Eso me ha traído problemas, por ejemplo mi abuela me llamaba blasfema por algunos de esos comentarios. No es que realmente lo fuera, pero puede que lo fuera un poquito solo para hacerla enojar.

A mi me gusta sentirme joven, y creo que es por eso que cometo estupideces. Leo no. Leo acepta y hasta intenta entender las cosas. Y si no llega a comprenderlas, ni se molesta. Simplemente las acepta como son.
La mecánica del pensamiento esta a mi cargo, el es espontáneo y sencillo.
Por todo lo que dije, creo que mi “Somos muy parecidos”, se desdibujó bastante. Pero seguimos siendo ermitaños y eso no tiene remedio.
Leo se ríe de mis excentricidades, de mi forma de ordenar los libros con un patrón común y mi lógica “Retorcida”. “Retorcida” en el sentido de que yo sola lo entiendo, y que algunas veces ni yo puedo entender.
En esos momentos se ríe con sus ojos fijos en mí, hasta que yo lo fulmino con mi mirada para que se suelte las costillas y se tape la boca.
En verdad, realmente no me enojo por eso, y es más, cuando consigo callarlo, me tiento yo. Y somos los dos riéndonos de lo mismo. Los ermitaños también podemos pasarla bien. Esas cosas son de verdad, nosotros somos reales.

Sinceramente yo dejaría todo como esta, así me gusta mucho como es. No quisiera que cambie. Creo que Leo tampoco, pero el no dice nada. Podría decirse que es hermético. Pero yo se leerlo. Las personas por más que no se digan nada pueden llegar a conocerse igual, ¿o no?
De pasar tanto tiempo juntos, el ha tenido que entender mis jeroglíficos, y yo memorizarme como mínimo las notas. Aprendimos algunas cosas, mientras que otras costumbres ya son nuestras.

Por ejemplo: a el le gusta el café negro y de ese que se prepara en una jarra. Tanto le gusta que poco más no se pone él a moler los granos del café. Afortunadamente no le sobra tanto el tiempo. Para el es como un ritual exclusivo de las “noches de desvelo”. Es decir, casi todas las noches.
A mi me gusta el café, pero soy más amante del te con miel o de la leche caliente con miel (esto último es realmente infantil). Si, ya se que es algo extrañamente clásico en la gente peculiar. Generalmente bato el café, y le pongo leche para disimular que el agua estaba “hervida” y no “caliente” como debería ser. Yo me pregunto como mierda se da cuenta de tal insignificancia.

Sucede que me olvido seguido de la pava en el fuego. Leo me dice que es algo sacrílego, pero como el no cree en nada que no sea el mismo (eso si se puede tomar como literal), yo le recrimino diciendo que no tiene cara para reprocharme nada. Después de eso se queda en silencio.
El no es bautizado y jamás se lo planteó, y si lo hizo y yo me equivoqué con mi predicción... al final no le importó.

Pero esa no es la única diferencia entre nosotros. Hay un par de cosas más, pero en definitiva es más o menos así:
Yo soy la loca que se muestra como es todo el tiempo, pero que es ultra reservada para las cosas más profundas. Yo no puedo rechazar la conversación de nadie.
Leo es el loco que no puedes predecir, pero que si abre la boca es para decir cosas importantes. Aparte de que es cerrado con la gente que no le interesa.

Retomando el curso...
Me miró mientras yo acariciaba las cuerdas de su guitarra, la preferida de el, tratando de recordar una canción que no podía quitarme de la cabeza.
- No empecé – le dije –. No me convence del todo- distraídamente encontré la melodía deseada. Rasgué un poco más a la favorita y me quedé en suspenso, prendida del brillo del monitor en la habitación ahora a oscuras.

- No se, voy a hacerlo hoy mismo cuando vuelva a casa. Ahora no tengo ganas de hacerlo – se dio la vuelta y se concentró en la pantalla unos instantes. Luego se rió fuertemente.
- Ni pienses en quedarte para esquivar tus responsabilidades, Lorena. Esa costumbre tuya de no tener ganas puede salirte caro – sacudió la cucharita de su taza enérgicamente, en reclamo de un nuevo café.
Yo pretendí no escucharlo e ignoré su pedido.
- Mis cafés saben “Horribles”- le espeté sonriendo -. Así que no te pienso hacer ninguno.

Tras algunos intentos, pude (más o menos) tocar el tema que se me había ocurrido el otro día en el trabajo. No le puse muchas ganas...
En realidad, si. Es más, también lo había escrito en un improvisado pentagrama mientras me aburría en mi “oficina”. Una vez más la ironía dado que era más parecida a un box de un call center que a una oficina. Obviamente me refiero únicamente a las dimensiones, porque si bien era minúsculo y apenas si me dejaba maniobrar los ficheros, estaba repleto de recuerdos de Egipto y artículos de último momento de ese país. Naturalmente sobre momias y templos recientemente explorados. Guau... realmente suena mejor así, “oficina”, le da como más “Nivel” y hasta parece más interesante ahora que lo leo.

No era la primera vez que escribía una canción en mi trabajo, pero yo siempre me las “olvidaba” en mi escritorio. Digo que me las olvidaba porque en verdad no se las mostraba a nadie. Me sentía una completa idiota frente a Leo cuando escribía un pentagrama, ya que el me parecía un compositor tan dedicado y bueno, que mis versos sobre el sentido de la vida y metáforas basadas en teorías cosmológicas, me sonaban insípidas.

Pero Leo se quedó en silencio escuchando atentamente, mientras sus manos se deslizaban sobre el teclado para acompañar los rasguidos de la favorita entre mis dedos. Las notas comenzaron a surgir en su pantalla y al cabo de largo rato, Leo habló.
- Traeme esas partituras, creo que ya tengo lo que quería – me echó una mirada por encima del hombro, entre tanto yo estaba paralizada abrazando a la preferida.
- ¿Qué estás esperando? Y traeme una taza de café bien negro – me puse de pie y camine hacia la puerta.

La verdad es que no se hasta donde llega su locura, ni tampoco que será capaz de hacer influenciado por ella. Pero estoy segura de que no lo cambiaría por nada del mundo.
Porque me hace bien el estar con el.

lunes, 2 de agosto de 2010

El llamado

El lobo llama a la luna. Sabe que la luna no bajará por el, el espera.
Las sombras lo rodean, se le unen, mientras su pureza se ve mancillada por el desgaste de su mente.
Perdiendo la cordura. Y se inunda de sueño. Sueña esperando para que llegue el momento.
Sus ojos se abren súbitamente, su corazón se acelera. Se torna inquieto y agresivo.
Algo esta viniendo por el. El está a punto de ver su amanecer.

Esta es la existencia de un ser que recién despierta. Toda su vida durmiendo sin poder descansar realmente, aguardando por el llamado en el cual siempre creyó.
Un aullido lo despierta en el medio de la noche, el levanta sus orejas. No puede creerlo.
Se pone de pie, su hermosa silueta negra destella contra la luna mientras su afilado hocico busca el origen del sonido.
Comienza a correr, sabe a donde ir.
Salta sobre la nieve, esquiva las ramas bajas de los abetos, se desliza sobre el lago congelado. Avanza sin detenerse, ya no desea descansar. Si no sigue ahora puede perder de nuevo el llamado.
Pero sin importar cuanto corra el sonido continúa muy lejos. Poco a poco la llama que el aullido había despertado, oscila peligrosamente.
Pero no va a rendirse. Está esperándolo.
Continúa la noche entera corriendo a la deriva.
El amanecer le pisa los talones, el no se desespera. Seguro de su destino.
Por fin sus ojos la encuentran, esta sentada al otro lado de un barranco. El ultimo obstáculo.
Retrocede y se prepara para correr un poco más. Toma impulso.
Salta por la barranca y aterriza sobre el otro extremo.
Al salvo.
Con ella.